Como os podéis imaginar, la menor cadencia de actualizaciones que está sufriendo el blog, se debe a ese simpático periodo en la vida de todo estudiante llamado exámenes. Durante estas semanas de tensión y codos, unos van a las bibliotecas a empollar como gallinas cluecas y otros, como yo, se quedan en casa jugando al Devil May Cry 4 estudiando. Sin embargo, todo esto que dicho no viene a cuento de nada, porque de lo que realmente os voy hablar hoy es de uno de los RPGs con más carisma de PS2. Y si no me creéis, pegad el salto.
A la mayoría de chavales, cuando les regalaban la Playstation 2 por reyes magos, les traían el Pro… o el Gran Turismo… o si me apuras el Tekken. A mi, sin embargo, me trajeron el “Breath of Fire V: Dragon Quarter”. No es que yo lo hubiese pedido expresamente ni nada, en mi carta de reyes de aquel año simplemente ponía: “Play 2 + un rpg guapo. Díselo así tal cual al tío de la tienda”. Y bueno, supongo que el “tío de la tienda” debía tener muy buen gusto, porque gracias a su elección yo me pegué uno de los meses de vicio más intensivo de mi vida.
El motivo de que me viciase de tal manera a este “Dragon Quarter” es que el jodío juego es muy difícil. Para empezar, el personaje principal tiene un contador permanente que va subiendo poquito a poco si no usas los poderes especiales, o como la espuma si te da por convertirte en dragón y pegar hostias a punta pala. Si dicho contador llega a 100 tu personaje pierde el control y la partida se acaba. Por si esto fuera poco, algunas de las peleas son absurdamente difíciles, teniendo que montar complicadas estrategias de combate basadas en combos para poder dañar a los enemigos. ¿Qué ocurre cuando unimos estos dos puntos? Pues que al encontrarnos un enemigo difícil nos da por transformarnos, y al transformarnos matamos más rápidamente a nuestro personaje. ¿Mola, eh?
El sistema de combate, por si os lo estáis preguntando, es una variante bastante divertida de la estrategia rolera por turnos que tanto me gusta. Vamos, que es como Vandal Hearts, FF: Tactics o Disgaea, pero un poco más dinámico. Quizás lo que más pueda llamar la atención en este apartado, es la coexistencia de pistolas, bombas y demás armas de fuego, con la magia. Así, en nuestro grupo además de Ryu, típico protagonista de pelo azul amigo de las espadas y los super-poderes; tendremos a Nina, una poderosa maga; y a Lin, una agente secreta opuesta al gobierno experta en pistolas.
Esto nos lleva a otro de los puntos más interesantes del juego: su historia. Como habréis visto en las imágenes, la ambientación es marcadamente futurista, y recuerda mucho al universo del genial manga Blame! Así, toda la acción se desarrollará en un mundo subterráneo dominado por un gobierno opresor al cual, por supuesto, harás frente. Y no porque Ryu sea un anarquista ni nada parecido, sino porque son ellos los que se interponen entre la promesa de libertad que le haces a Nina, y la superficie. No os voy a contar nada más, porque el final del juego es uno de los más reconfortantes que he podido disfrutar en PS2, y no me gustaría fastidiárselo a nadie que, conmovido por mi texto, se aventurase a jugarlo.
Ahora, si no os importa me voy a estudiar jugar al Devil May Cry 4.
Mi descubrimiento fue similar al tuyo, con el pequeño detalle que mi prima fue quien pidió el juego y yo se lo quite.