Modern Warfare 2 es un juego tan, tan grande que no sé ni por dónde empezar este análisis. Al llegar con unas pocas semanas de retraso, tengo el privilegio de saber qué opinan más o menos las demás publicaciones sobre esta segunda entrega (o sexta, si hablamos de la saga Call of Duty), probablemente la que más expectativas ha creado de todas las que llevamos hasta el momento. Y la verdad es que he encontrado de todo: unos critican su guión, su campaña y su duración; otros, sin embargo, se centran en el multijugador (que según creen podría disfrutarse más –si cabe- con un ligero toque de gracia) o en la crudeza de una de sus misiones. Yo no veo ni lo uno ni lo otro, así que como siempre, tras el salto, tenéis mis impresiones sobre este título que todo el mundo califica, aún con todo, como sobresaliente.
Algunos piensan que el título de Activision ha sucumbido bajo el hype que ha generado antes de su lanzamiento, e incluso que su predecesor era mejor en cuanto a inmersión se refiere. Yo, sin embargo, opino todo lo contrario. Call of Duty 4: MW fue una auténtica sorpresa, un giro inesperado en la franquicia que me enganchó bastante, pero que hacía más méritos en el multijugador que en su modo campaña (muy buena de todos modos, por cierto). Modern Warfare 2 es el lógico paso adelante en todos sus aspectos, y aunque sea más de lo mismo, nos propone situaciones que superan con creces en acción, intensidad e, incluso, madurez a las del primer título.
La historia continúa los acontecimientos que protagonizamos en su anterior entrega. Ahora, Makarov y su grupo terrorista ponen en un altar (prácticamente) a Zakhaev, el mismo que vestía y calzaba en Modern Warfare, para convertirlo en mártir. Los brutales acontecimientos posteriores provocan una ruptura de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, así que os podéis imaginar lo que ocurre tras eso. Si bien el planteamiento es sencillo, la trama se complica con la inclusión de varios intérpretes que harán que se divida en un par de vertientes. El guión es bastante digno y tiene unos cuantos giros inesperados que mantendrán la tensión durante las –escasas, eso sí- horas de juego. ¿Podría estar organizado de manera diferente para una mejor comprensión? Quizás, pero a poco que estemos interesados en lo que ocurre y no nos centremos en disparar y disparar sin sentido, lo cazaremos todo al vuelo. En mi opinión, está resuelto de una manera inteligente para que sepamos qué ocurre en cada frente de batalla y para que no soltemos el mando cada vez que finalice una misión.
El grado de inmersión al que nos somete el título es tal que, a pesar de controlar a más de un personaje, conseguimos estar más identificados, más unidos y ser más partícipes que nunca de lo que están haciendo cada uno de ellos. O al menos eso he sentido yo en comparación con Modern Warfare, que también lo lograba de una forma algo menos intensa. La frenética acción corriendo por las favelas junto a un par de compañeros, la que se siente al esconderse entre disparos y explosiones en mitad de la calle o la tensión al avanzar sigilosamente por la nieve son ejemplos de lo bien que están diseñados tanto los niveles como el juego en sí, tan lineal como cabría esperar, pero que de no serlo no transmitiría lo mismo.
Y ya que hablamos de inmersión y de sensaciones, es en esta parte cuando tengo que hablar de la misión más polémica del título, esa de la que tanto se ha comentado en todos los medios y que se ha alabado y criticado a partes iguales. Antes mencionaba la madurez que había alcanzado Modern Warfare 2 con respecto no sólo a su predecesor, sino a toda la saga. E incluso me atrevería a decir que da un paso a favor de toda la industria en este sentido al incluir, sin tapujos, una escena cruda, como nunca antes se había visto en un videojuego y que nos mete de lleno (ya casi por motivos personales) en la historia. Y encima te hace reflexionar. Os puedo asegurar –a aquellos que todavía no hayan probado lo último de Infinity Ward- que nunca antes había vivido algo parecido con un mando en las manos. Y sin ánimo de desvelar nada (cosa harto difícil con el revuelo que ha tenido este fragmento), en mi opinión es una parte esencial, necesaria para que nuestro avance tenga más coherencia y sintamos cada disparo que realicemos de ahí en adelante. Aunque, todo hay que decirlo, sea espeluznante como pocas cosas haya podido ver en un juego. Por eso, de todas formas, se preocupan en preguntarnos antes de empezar la partida si queremos obviar esa parte de la campaña.
Antes de continuar quiero matizar mi idea sobre esa misión: si en películas, televisión o libros podemos ver cosas igual o más violentas y despiadadas –y por desgracia, reales en muchos casos-, ¿por qué se critica tanto una decisión que se ha incluido para que seamos conscientes de lo que está ocurriendo? ¿No puede servir como ejemplo para que eso mismo se aplique a la realidad televisiva, y no comamos tan tranquilos la próxima vez que aparezca algo similar en la pantalla o lo leamos en el periódico? ¿Por qué un medio como el videojuego no puede seguir avanzando y hacer uso de uno de sus recursos –y virtudes-, como lo es la interacción, para hacernos sentir nuevas emociones? Yo aplaudo la decisión de la desarrolladora por incluirla, y me parece muy valiente por su parte hacerlo en beneficio de su producto. Y no me meto en si tuvo algo que ver con la publicidad que iba a generar o no.
La campaña es bastante corta, como digo. Pero no hay por qué preocuparse, ya que hay mucho más que hacer en Modern Warfare 2 de lo habitual en esta saga. Si con el ya de por sí –casi- incombustible modo multijugador tendríamos para muchísimas horas de puro vicio, Infinity Ward ha incluido un genial modo de Operaciones Especiales para hacer más ameno el juego, tanto en solitario como en compañía. Y es en compañía como más se disfrutará, de eso no hay duda. Estas 23 misiones nos pondrán en situaciones nuevas o similares a las de la campaña, en las que conseguiremos hasta tres estrellas dependiendo del nivel de dificultad que escojamos para afrontar el reto. Merecen mucho la pena, y son el complemento perfecto para estar más tiempo disfrutando del título.
Del multijugador no voy a decir nada que no se sepa ya: es el mejor de lo que llevamos de generación. Ya he escuchado que hay gente “regresando” al del primer Modern Warfare porque los mapas del actual son perfectos para los camperos, pero creo que son tontunas que no deberían afectar para nada. El sistema es el de siempre, con algunos añadidos más como el que se consigue con las rachas de muertes, y el diseño de los mapas es una auténtica gozada. Éste es el online que, ya sea en PC o consolas, nadie debería perderse. Y eso que no tiene vehículos, cosa que algunos le achacan y que veo totalmente innecesaria. Es más, quizás si los hubiese no sería lo mismo.
Hablando de otros aspectos que repasaré sólo por encima, ya que no es necesario profundizar en ellos, el control es lo de siempre. Esto tiene sus ventajas, ya que no tenemos que preocuparnos en aprender a manejarlo, y el tutorial del comienzo es más por calibrar nuestra habilidad y saber la dificultad adecuada a la que debemos comenzar, además de que nos enseña algún pequeño detalle novedoso en este Modern Warfare 2. Y en cuanto a gráficos, ha mejorado lo suyo en estos dos años de espera. El aspecto general es impresionante, desde su iluminación hasta la modelación de los personajes, que se nota sobre todo en los rostros. Y da lo mismo que lo pongas en PS3 o Xbox 360, ya que los cambios son prácticamente imperceptibles (os lo dice alguien que ha probado en profundidad las dos versiones). En PC ya no me meto… aunque si yo intentase instalarlo tendría una calidad gráfica equivalente a Doom 2. Sin exagerar. Por cierto, los efectos en los tiroteos y explosiones del juego hacen que la experiencia sea increíblemente realista. Todo ello aderezado con la música del maestro Hans Zimmer (Gladiator, La Roca, Marea Roja…), que ha logrado hacerlo todo mucho más épico añadiendo las notas justas a la acción.
Recapitulemos: un modo campaña único, corto pero intenso, que lleva a los videojuegos a otro nivel. Un complemento –las Operaciones Especiales- que se convierte en la excusa perfecta para juntarnos con alguien e intentar coordinarnos. Y por último, un modo multijugador de quitarse el sombrero, como era de esperar, que nos tendrá pegados al televisor horas y horas. Eso sin mencionar que es el único juego que ha hecho que me quede boquiabierto mientras hacía una misión. Modern Warfare 2 es de lo mejor que he probado este año (junto a Uncharted 2, que ya llegará por aquí). Y encima bonito. Y emocionante. Imprescindible. Es grande, muy grande.
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