¡Eh, tú!. Sí, tú. Aquí no puedes pasar sin unos buenos pantalones de pitillo apretados y una barba de dos o tres días que luzca desordenada pero que bien sabemos que te tiras varias horas liado con ella. Y no, escuchar Arctic Monkeys ya es demasiado mundano. Si quieres pasar, ponte un disco de Love of Lesbian en tu iPod o te quedas en la calle.
Tal como muchos van de raperos por llevar una gorra plana, ahora muchos van de modernitos porque portan en su chaqueta un pin del FIB. Y si se da el caso que a estos pseudo-modernos les gusten los videojuegos, tened en claro que serán claros devotos de los juegos indie.
Para que quede claro la elección del ganador, decir que no solo valoraremos el grado de gafapastismo de los nominados si no también la calidad del juego en sí. Esto lo nivela todo mucho ya que si no, The Path partiría con excesiva ventaja sobre sus rivales por culpa de su tremebundo grado de modernismo desmedido.
Los demás candidatos son verdaderas pequeñas obras de arte que también cargan una buena dosis gafapastosa ya que en una nos ponemos a cargo de un pequeño robot mudo amoroso, en otra «disfrutamos» del placer de la absorción celular y en la última controlaremos al viento… Al jodido viento amigos.
Para entregar este premio aparecen Luis Piedrahita e Isabel Coixet.
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