A veces echo de menos los salones recreativos. Me refiero a cuando estaban llenos de máquinas de videojuegos, no esa especie de tómbolas en las que se han convertido ahora, que solo sirven para que los canis lleven a sus chorbas para impresionarlas consiguiendo peluches del conejito de Playboy…
A principios de los 90, todo salón recreativo que se preciara, además de un buen puñado de máquinas convencionales, con sus sticks y dos o tres botones y juegazos como Bubble Bobble, Golden Axe, Contra, Double Dragon, Final Fight, Pang, Bomberman, Street Fighter II y Rainbow Island, debía tener dos o tres máquinas que llamaran poderosamente nuestra atención, más grandes, más caras y más bonitas, que nos tentaran a pagar el doble (incluso hasta 20 duros) por un rato de diversión. Aquí van unas cuantas máquinas que molaban un huevo… y siguen haciéndolo a pesar de los años transcurridos.
OPERATION WOLF
La madre de los “shooters on rails”. Sin lugar a dudas, había pocas cosas que atrajeran más a la chavalada que un Arcade con el que podíamos imitar al mismísimo Rambo… Y, no solo eso, ¡la máquina se controlaba con una réplica de una ametralladora UZI! Operation Wolf fue un auténtico bombazo: se trasladó a todos los sistemas domésticos, tanto consolas como ordenadores, pero ninguna versión, por mucho Zapper y Pistolita de la Sega Master System que utilizara, se acercaba a la sensación de poder y de portador de muerte y destrucción que sentíamos empuñando la UZI de la recreativa.
Mata, mata, mata, mata…
THUNDER BLADE
Aunque en las consolas mantenían una dura pugna con Nintendo, en las recreativas estaba bien claro: a finales de los 80 y principios de los 90, SEGA eran los putos amos. Alrededor de cualquier recreativa de SEGA siempre había algún grupo de chiquillos mirando a los que jugaban y esperando su turno. Los juegazos que se marcaron son multitud: Golden Axe, Altered Beast, Shinobi, Shadow Dancer, Out Run… En Thunder Blade nos ponían a los mandos de un helicóptero de combate y, no contentos con eso, nos sentaban en una sillita que se movía de acuerdo con nuestros movimientos para mayor inmersión en el juego. Sin lugar a dudas, sentándote en ese trono que era Thunder Blade podrías sentirte como el Rey de los recreativos mientras duraban los 10 duros que habías pagado por la partida. O eso, o un poco gilipollas, o las dos cosas a la vez.
Si se supone que estamos «dentro» del helicóptero… ¿Por qué le vemos el culo?
SUPER OFF-ROAD
Si las máquinas con un volante ya eran bastante atractivas (con juegos como Out Run o Chase HQ), una con tres volantes era ya la hostia en verso. Super Off-Road era un juego enfocado a competir con otros jugadores, de ahí la vista isométrica del circuito cuando lo habitual era una vista posterior del vehículo. A pesar de no ser tan espectacular gráficamente como otros juegos de conducción suplía sus carencias gracias a la diversión instantánea que conseguíamos. Además, con un poco de habilidad, la partida nos podía cundir bastante.
Y recuerda: Si no son Micro Machines no son los auténticos
GAUNTLET
Por si no lo habíais notado, tengo debilidad por los juegos inspirados en la fantasía épica. Por eso, se me caía la baba al ver el mueble de Gauntlet, donde podían participar hasta 4 jugadores a la vez encarnando tópicos como el bárbaro, la valkiria, el elfo o el mago y exterminar cientos y cientos de criaturas malvadas en complicados laberintos como si fuera una partida de D&D. Hay pocas cosas más divertidas que jugar a Gauntlet con los amigos y pelearse por las pociones, los tesoros y la comida para recuperarse… ¡Piques 100% garantizados! ¡Casi como en el Monopoly!
Solo sería mejor cambiando los fantasmas por Zombis
HEAVYWEIGHT CHAMP
Otro bombazo de SEGA. No me refiero a la versión arcaica de 1.974, sino a la versión renovada de 1.987. Se trataba de un juego claramente inspirado en Punch Out!! de Nintendo, donde encarnábamos a un púgil llamado Kid Crusher en su lucha para la conquista del cinturón de los pesos pesados. Lo mejor de la máquina era su control: para movernos a derecha o izquierda girábamos la pantalla completa, y los puños los controlábamos mediante dos palancas que podíamos mover hacia arriba o hacia abajo y golpear. Una inmersión total y absoluta en el juego que nos hacía sentir como los más duros del ring. Para aumentar el realismo (y el escándalo), la máquina tenía una campana real, que sonaba siempre que acababa un asalto y un combate.
Cualquier parecido con el juego de Nintendo es pura coincidencia
SONIC BLAST MAN
Seguimos con las hostias, pero esta vez con algo más moderno. Sonic Blast Man mezclaba los “Punching ball” de toda la vida con los videojuegos. De hecho, el juego se basaba únicamente en dar puñetazos a una almohada hasta acabar con nuestros rivales. ¿Divertido? No se, pero sí que podías quedar como el macho alfa de la pandilla. Versiones posteriores incluían la posibilidad de incluir una foto tuya para irte auto-lesionando. Ideal para emo’s. Como curiosidad: Taito retiró las máquinas en 1.995 debido a los altos costes que le suponían las indemnizaciones por lesiones causados por el juego. Esta claro: los jugones no somos precisamente gente delicada…
Al pan, pan y al punki, pum
ENDURO RACER
Ya hemos hablado de coches y helicópteros. Nos faltaban las motos, y como no, con un clásico de Sega como es Enduro Racer. Aunque un año antes ya habían llevado las motos a los recreativos con Hang On, con Enduro Racer las cosas se ponían más duras, circuitos de cross, competidores más duros y la posibilidad de saltar con la moto. Toda una experiencia en el mundo de la conducción.
Técnica conocida como «el salto del pollo»
AFTER BURNER II
Sin lugar a dudas, si hay una máquina que reinaba en los recreativos esa era la cabina de After Burner II. Grande, con una pantalla para ti solo, sin tener que aguantar mirones ni babosos, que se movía, vibraba y se inclinaba siguiendo los movimientos de ese caza de combate que estaba en tus manos… After Burner II era esa máquina a la que sólo podías permitirte una partida en ocasiones especiales, ese objeto de deseo al que solo podías acceder contadas veces al año. Y, por supuesto, también era de SEGA. Qué buenos eran los cabrones…
El mejor juego de aviones de la historia. Ni Flight Simulator ni pollas en vinagre
La mayoría de imágenes las he sacado de este artículo sobre las 50 mejores máquinas arcade. Echadle un ojo porque merece la pena.
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