Superando al Maestro

En el mundo de los videojuegos los “homenajes” y copias descaradas están a la orden del día. Descubrir una fórmula exitosa suele ser el preludio para que una serie de clones del juego en cuestión invadan el mercado. Normalmente estas setas videojueguiles suelen ser de una calidad más que cuestionable, pero en contadas ocasiones el aprendiz supera al maestro y se queda con la gloria. En este artículo, como ya habréis podido adivinar, recopilaré exactamente esos casos.

Cadillacs & Dinosaurios > Final Fight
Double Dragon popularizó un género que sería glorioso en la década de los noventa, pero fue Final Fight el que lo terminó de definir. Unos años más tarde, Cadillacs & Dinosaurios llegó para coronarse como el rey de los juegos de los beat’em up por delante de títulos del nombre de Streets of Rage. El juego de Capcom mejoró a sus antecesores en todos los aspectos, e incluso a día de hoy sigue siendo una auténtica delicia jugable que, disfrutada en compañía de un amigo, puede amenizar más de una tarde de vicio.

Dead Space > Resident Evil 4
Resident Evil 4 dio un giro radical al género de los survivals horrors. Dejó atrás el más mínimo vestigio de buena ambientación o argumento elaborado y se centro en ofrecer acción a raudales en un entorno hostil. Tres años más tarde, Dead Space cogió la base jugable del título de Capcom, la mejoró hasta el límite de lo mejorable, y le añadió la mejor ambientación que se ha visto en un Survival Horror (cómete esa Silent Hill). Un diseño de personajes excelente, una historia interesante y unos aliens acojonantes hicieron el resto.

Castlevania SOTN > Super Metroid
Con el mismo intervalo de tiempo que la anterior comparación, tres años, salieron estas dos joyas de los 32 y 16 bits respectivamente. Super Metroid fue una bomba, de eso no hay duda; pero si hay un motivo por el que hoy en día ha perdido gran parte de su encanto ese es Castlevania SOTN. Y es que el juego de Konami cogió la odisea de Samus y la elevó a la enésima potencia en el que es, posiblemente, uno de los títulos más divertidos de la gloriosa Playstation (que ya es decir). Sí, sé que a alguno le duele, pero la verdad es que Alucard se come con patatas a la pobre Samus… ¡¡y después de comérsela le hace un POWER OF SIRE!!

Duke Nukem > Doom
De nuevo con un intervalo de tres años salió Duke Nukem, que de un pollazo (de que otra forma iba a hacerlo EL DUKE) nos hizo olvidar todo lo que Doom nos había brindado hasta el momento. Más armas, más enemigos, más escenarios, más chulería, más gore y más tetas fueron los ingredientes de una fórmula que marcó un antes y un después en el mundo de los videojuegos. Y es que al bueno de Duke solo le hizo falta UN buen videojuego para convertirse en la franquicia preferida por muchos… entre los cuales por supuesto me incluyo.

Beyond Good and Evil > Zelda
The Legend of Zelda creó un género maravilloso que con los años ha ido madurando y dando auténticos “blockbusters” como los recientes Batman: Arkham Asylum o Darksiders. Pero entre la ingente cantidad de hijos bastardos y prole indeseada hay uno que destaca por encima de todos: Beyond Good and Evil. El título protagonizado por lae bella y peligrosa Jade es tan, tan bueno, que cualquier cosa que yo pueda decir sobre él no le hará justicia. Así que dejaré que seáis vosotros los que le rindáis la pleitesía silenciosa que se merece.

Uncharted > Tomb Raider
Ahora que la gran nube de polvo se ha disipado ya podemos decirlo tranquilamente: la saga Tomb Raider es una mierda. Lo fue el primero y lo ha sido el último. Lo que pasa es que en el original nos pareció la hostia manejar a un personaje con tetas, y en el último nos maravillamos con el efecto mojado de los pantalones de Lara. Pero la triste verdad es que los juegos son, como mucho, mediocres. Y en esto llega Uncharted, con unos gráficos muy bonitos y un personaje carismático, y le come la tostada con un par de juegos más que decentes. Así, como quien no quiere la cosa, ¡Zas, en toda la boca!

Por supuesto, si se os ocurren más casos no dudéis en compartirlos con nosotros.