Recordando la saga Strike

Extender una saga hasta el infinito no es cosa de hoy en día. Electronic Arts ya tenía clara la idea de que si algo destacaba y era estimulante para el público, lo propio era coger esa fórmula y llevarla lo más lejos que el mercado les dejase. Exactamente eso fue lo que paso con la saga Strike, que se inició en 1992 con Desert Strike y murió en 1999 con el último port de Nuclear Strike para Nintendo 64. Hasta hoy no hemos vuelto a saber nada de esta genial franquicia, así que es hora de mirar atrás y recordar aquellos cinco títulos.

Características del universo Strike

Parte de la culpa de que no hayamos vuelto a ver ningún Strike en las últimas generaciones tiene que ver con la evolución que los juegos de estrategia han tenido en estos años. Si nos paramos a observar, Desert Strike era una genial fusión entre estrategia y simulación de guerra, donde además de nuestra pericia a los mandos del apache AH-64, el componente táctico para completar las misiones en un orden adecuado y aprovechando los recursos era imprescindible. Por aquel entonces las consolas de 16 bits eran ajenas a la explosión de la estrategia en tiempo real que se fue produciendo en  PC. Lo cierto es que a pesar de ser un tipo de juego que tranquilamente podía haber coexistido con ese género, la magia y adicción de los tres primeros Strike fue perdiendo fuelle durante la era de los 32 bits.

¿Quién se llevó los pixels?

Pero dejemos de lado las causas de la devacle de una saga para centrarnos en qué ofrecían por aquel entonces los distintos episodios. En primer lugar como he comentado, se producía una mezcla de géneros muy interesante. Con una siempre efectiva perspectiva isométrica, teníamos que manejar nuestro helicóptero como si de un shmup se tratase, disparando a enemigos e intentando evitar sus proyectiles. Esta era la base jugable sobre la que luego se construían las misiones que iban desde destruir infraestructuras a rescatar aliados o rehenes, todo ello con unos controles y una facilidad de manejo bastante asequible, aunque no se trataba precisamente de juegos fáciles.

Justamente aquí comenzó todo

Disponíamos de tres tipos distintos de disparo, desde la metralleta hasta limitados misiles medianos y pesados, que podían reestablecerse recogiendo los paquetes de munición de turno diseminados por el escenario. Al mismo tiempo que cuidábamos y administrábamos la munición teníamos que tener un ojo sobre el medidor de combustible de nuestro helicóptero, ya que perderíamos una vida si este llegaba a cero. También era posible recoger bidones de fuel para controlarlo.

Para reparar los daños realizados sobre el vehículo teníamos que acudir a alguna base aliada donde de paso podíamos dejar a los soldados recogidos por el camino. Como veis, tener un control administrativo sobre munición, combustible y daños era vital, por lo que tener a mano la localización de munición y bidones era esencial. Gracias al mapa del menú de pausa podíamos saber la localización exacta de estos elementos, y así organizarnos dependiendo de la ruta que decidiríamos llevar a cabo.

Yeti detected

Para completar con éxito las campañas teníamos que solventar una serie de misiones. Teníamos libertad para superarlas en el orden que quisiéramos, pero siempre era prioritario realizar algunas que desactivaban radares o plantas de energía para posteriormente tener facilidades en las demás. Las misiones, fundamentalmente se dividían en destrucción y rescate. En las primeras teníamos que acabar con un determinado objetivo, ya fuera una edificación o un enemigo concreto, y en las segundas nuestra labor era sacar de un apuro a algún objetivo importante, como políticos, científicos o aliados.

Ábreme la puerta Obama

También desde el menú de pausa tendíamos acceso a la localización de estas, aunque algunas no mostraban su ubicación hasta haber realizado antes algunas misiones determinadas. Se incluía también una breve descripción de la misión y alguna captura del objetivo. Nuestra partida acababa si agotábamos las vidas de las que disponíamos o metíamos la pata en alguna misión que posteriormente nos impediría avanzar en la campaña. Esto recibía el nombre de SNAFU, y era común además de en la saga Strike en otros juegos de mecánica similar.

A lo largo de la saga fueron muchos los conflictos en los que nos vimos envueltos. Una de las características distintivas de la serie era que cada entrega estaba ambientada en un entorno único, totalmente distinto al de las anteriores. Así fue como pasamos de los desiertos del Golfo hacía las junglas del Jungle Strike o las ciudades de Urban Strike. Los posteriores títulos lanzados en SEGA Saturn, PSX y Nintendo 64 trataban distintos conflictos pero empezaban a ofrecer entornos ya vistos, debido a la poca variedad sobre la que ya podían moverse.

Los juegos de EA vieron la luz en numerosas plataformas, los tres primeros, a pesar de su paso por PC, Atari Lynx, Game Gear, Master System, Game Boy y Game Boy Advance, fue en las plataformas de 16 bits donde alcanzaron su esplendor. Las versiones de Mega Drive y Super Nintendo eran juegazos que poco a poco fueron sembrando una legión de fans que se engancharon a las peculiaridades de dicha saga y que a día de hoy seguro que guardan un grato recuerdo de aquellos títulos.

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