Retro amor: The Dig

Escrito por en Retro Amor - 11 abril, 2010

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De vez en cuando se pone de moda el debate de si los videojuegos cada vez se están acercando más al mundo del cine o no. Que en realidad no es un debate, pero al menos es un tema que da que hablar. En especial, en los juegos modernos, es raro el que no cuente con gráficos de ultimísma generación, actores de doblaje famosos, bandas sonoras con orquesta sinfónica, escenas de vídeo… a más cosas de estas y cuanta más cantidad y calidad tengan, mayor será su coeficiente de pelicidad. Pero en realidad todo esto es innecesario. De hecho, si no me equivoco, este debate se abrió precisamente en la época dorada de las aventuras gráficas, cuando no existía aún nada de esto. Comenzó cuando llegó un punto en el que este tipo de juegos alcanzaron una calidad y definición en los gráficos tale que que ya «no parecían juegos», parecen más bien «películas de dibujos animados interactivas». Eso fué, amigos, hace unos 15 años, que se dice rápido… Y es precisamente en este contexto donde se encuentra el juego que nos ocupa hoy: The Dig, aventura gráfica de Lucasarts para PC.

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Si ya hemos quedado en que las aventuras gráficas son «pelis de dibujos interactivas», The Dig lo es todavía con más derecho. De hecho, The Dig comenzó siendo una historia escrita por el mismísimo Steven Spilberg para su serie de televisión Cuentos Asombrosos… pero vieron que se les iba a salir del presupuesto, así que en su lugar, decidieron convertila en un juego de la mano de Lucasarts. Todo un acierto por su parte, en mi opinión, ya que el resultado no podría haber sido más COJONUDO.

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Famosa escena, referenciada en algún otro juego posterior de LucasArts.

Cojonudo primeramente por la historia. En The Dig, en contraste con otras aventuras de Lucasarts, la historia es completamente seria. El único humor presente se encuentra en los sarcasmos que los personajes están continuamente lanzandose unos a otros (o el prota a sí mismo), pero se trata de una historia de ciencia ficción digna realmente de un guión de jólivu. No en vano, la escribió Spilberg, como ya hemos mencionado. Le asistieron Brian Moriarty, a quien quizá conozcan por ser el responsable de Loom, y Orson Scott Card a cargo de los diálogos, al que quizá conozcan por ser el autor de la saga de libros de El juego de Ender. De un equipo así solo pueden salir maravillas, vamos.

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OEMEGÉ! ¡Tienes un AIFON! Aunque apenas lo usas claro, al igual que el aifon de verdá solo vale pa vacilar.

Cojonudo en segundo lugar por su calidad técnica. Gráficos, música y doblaje (bueno va, el doblaje quizás sea poco creible, pero no está mal) hacen que nos sintamos verdaderamente dentro de una película de dibujos animados. En especial, la música del juego, compuesta por el enorme Michael Land, al que todos conocemos por haber sido el hombre que puso música a los Monkey Island, no solo consigue imitar a la perfección el estilo musical de las pelis de Spilberg, sino que además, es adaptativa, dinámica. Me explicaré. En los juegos cutres, se componen una serie de canciones para ciertos momentos, y son disparadas cuando les toca. Música para una zona, música para otra, música para batallas, música para batallas contra jefes… lo de siempre. Pero el cambio de un tipo de música a otra es discreto, radical, como mucho se hace un fade out de una canción antes de empezar la siguiente, pero para de contar. En cambio, los juegos con música dinámica, OH, esos sí que saben hacerme sentir mujer. La música dinámica es cuando tienes eso mismo, pero dedicas tu amor y tu tiempo a componer y programar las uniones musicales para los distintos temas. Esto quiere decir que en vez de producirse bruscos cortes entre canciones, el flujo musical es continuo, como en las pelis. Me pone Indomable. ESO sí que es Calidad, señores.


He aquí un cacho de juego para que veais en directo la música dinámica, ¡pero cuidado con los spoilers! Si no quereis encontrarlos no veais más allá de 5 minutos, avisados estáis ^^U

Como anecdota, diré que justo despues de acabarme The Dig, comencé a jugar a Metal Gear Solid 2. Este  es uno de esos típicos juegos que hace (o hizo) reavivar el tema de «los juegos se parecen cada vez más a las pelis». Y yo digo JA. ¡No tiene música dinámica! (bueno va, en realidad sí que tiene un poquito, pero permitidme el amarillismo). En serio, se te hace super cutre oir música programada convencionalmente después de haber experimentado la música dinámica. Y es un juego que salió 10 años despues, es flipante…


Fijáos en la de cortes que hay en la música, ¡no hay color!

Pero volvamos a The Dig, y a seguir enumerando sus virtudes. La tercera de ellas, es la ambientación y la experiencia que te hace vivir. Y es que la mayor parte del juego te la tiras atrapado en un planeta donde antaño habitó una civilización alienígena inteligente, pero que ahora está desierto y en ruinas. Todo está roto, y las únicas indicaciones que hay están en el idioma de los bichos que antes viviesen allí, que evidentemente no conoces. Y te las tienes que apañar, tú solo, para avanzar. En muchas ocasiones te encuentras sin saber qué hacer, cómo seguir, simplemente atrapado y desamparado en aquel planeta dejado de la mano de Dios (aunque al menos el sitio es mu gonico).  Especialmente por este punto, pienso que The Dig gana mucho más como juego que si hubiese acabado siendo una obra cinematográfica: una película no habría sabido transmitir esa sensación de forma tan efectiva. No es lo mismo ver a un tío perdido y desesperado que estar TÚ mismo perdido y desesperado.

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Me podría morir de asco, pero el sitio es tan bonito que me tendré que morir tan solo de hambre.

Y en fin, despues de tal parrafada, espero haberos convencido de que DEBÉIS jugarlo. Si no lo haces te estás perdiendo a la vez un JUEGAZO y un PELICULÓN… ¡¡y música dinámica!! ^.^

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