Nintendo: el momento de la verdad

Escrito por en Artículos - 23 febrero, 2011

El otro día, tras leer el fantabuloso artículo «Y si… Nintendo hubiese espabilado» de Andresito y los comentarios del debate que originó, empecé a repasar mentalmente la historia reciente de Nintendo (su era electrónica, de la época en la que fabricaba barajas de cartas no tengo ni puta idea guarra flowers) y el porqué de sus irrefutables triunfos. No os acojonéis, no voy a regalaros un tochaco que repase su historia cronológicamente… para eso ya teneís “wii”kipedia (¡Humor semántico! ¡Welcome to the Festival of humor, again!!!).

Comencemos… no sé si la inclusión de DLC’s, logros y demás polladas que comentaba Master Andresito hubiesen mejorado aún más los resultados de ventas de Wii’s y, lo más importante para nosotros los usuarios, la vida útil de la consola en cuestión. Cuando digo “vida útil”, me refiero a la utilidad que nosotros le damos a la consola (por esa misma regla de tres, que esté cosechando ácaros en el armario se considera “vida inútil”). Con todo, la ausencia de esas mariconadas esas inclusiones no traiciona la trayectoria videojueguil de la casa. Todo lo contrario, la reafirma. Las consolas de Nintendo nunca se han caracterizado por su potencia, sino por abrir nuevos caminos en el campo de juego… llámese cruceta, gatillos L y R, wii-mote, 3D o pantalla táctil. Es decir, mucho I+D y una ajustada inversión en hardware para salir al mercado rompiendo barreras a un precio competitivo. Por contra, las empresas rivales suelen ir un poco más perdidas en desarrollo tecnológico propio pero no escatiman inversión alguna en fuerza bruta y optimización del mando standard.

Pero… ¿Por qué suelen acertar? (no, no me olvido de Virtual Boy) ¿Por qué la peña suele aceptar los patrones que marca Ninty? ¿Por qué si son las otras marcas las que sacan consolas capaz de mover graficazos? ¿Será el precio? ¿El catálogo? Yo diría que se trata simple y llanamente de carisma. Un carisma muy trabajado y meticulosamente diseñado a lo largo de una huevá de años. Un carisma cultivado a través del diseño, tanto de su hardware como de su software (en eso me recuerda mucho a Apple). Qué coño, todos los productos de Nintendo tienen aspecto de golosina molona. Me los comería todos; incluso los malos.

Nintendo = Chuches …entran por los ojos y sus sabores te despiertan recuerdos de la infancia

En vez de seguir y extenderme hablando sobre la historia de Nintendo y su tenacidad a la hora de apostar por ciertos patrones, me apetece compartir un paralelismo que me asaltó la cabeza hace ya varias semanas (by the way, disculpad mi prolongada ausencia. He tenido un par de meses la mar de raros) que os aclarará la mente y el alma para entender en toda su dimensión esta síntesis de la historia nintendera y el porqué de sus éxitos.

Al ver esto, mucho pensaréis que estoy como una cabra… pero no. Dejad que me explique… Mono Mongolo me asesora.

La historia de Nintendo y la mítica bazofia película de John G. Avildsen (no en vano fue director de Rocky, otra historia sobre la superación del espíritu humano… sic), paradigma del cine de los ochenta, poseen muchos puntos en común. Pensad en Game Boy. Ella solita, con su modesto hardware y su pantalla de colores moco, se zumbó a las chupa-pilas a todo color y poderosas Game Gear, Lynx y TurboGraphx portátil (NEC). Al igual que DS se ha cargado a PSP y 3DS se cargará a PSP2 o como se llame (sorry, miento, ambas serán sepultadas por Iphone… the new Karate Kid; pero eso es otra peli). ¿No os recuerda al torneo de artes marciales del primer Karate Kid? El protagonista, con pinta de debilucho y cara de pardillo, se carga al escuadrón Cobra Kai, atléticos y con pinta de nazis. Uno va de blanco, el resto de negro… Todas las consolas de Nintendo han sido de tonos blancuzcos (las originales, no hablo de versiones posteriores de colores) y las de la competencia han sido negras. Sega quiso reconvertirse con Dreamcast; pero fue demasiado tarde. Y ahora me diréis: “Virtual Boy era roja y negra”. Y yo os contesto: “Eso fue una cagada llamada Karate Kimura”.

La débil Game Boy apunto de ejecutar el salto de la grulla frente a una confiada y poderosa Game Gear… pobrecilla, todavía no sabe de dónde le cayó la hostia.

Después tenemos la figura del maestro Miyagi, que indudablemente sería Miyamoto. El chico en sí da rabia, por pardillo y porqué, además de patear los culos de los Cobra Kai, se liga a la rubia… pero Miyagi/Miyamoto es todo carisma; el verdadero alma mater de la cinta y de Nintendo, respectivamente. Un samurai de la vieja escuela que pilla curdas de sake y se aprovecha del protagonista con jeta de pardillo. Eso es carisma y lo demás son tonterías.

Excusa perfecta para poner tetas. Con ustedes, Elisabeth Shue (la rubia)

¿Os pensabais que el maestro Miyagi se quedó sin tocar tetacas? ¡Ilusos!

Otra evidencia del nexo común es la técnica de Miyagi: “dar cera, pulir cera”. El 85% de los juegos de Wii y DS se basan en dicha técnica. True. Mono Mongolo lo ha comprobado. ¿Queréis más? Nintendo ha conseguido contagiar la pasión por los videojuegos a peña que no solía jugar (los famosos casuals); Karate Kid logró popularizar un deporte que hasta la fecha era minoritario.

Dar cera, pulir cera… Nintendo recibiendo las enseñanzas del maestro Miyamoto

Más paralelismos… los enemigos. El entrenador de Cobra Kai, Kreese, reside en California y tiene la misma pose de malote que Segata Sanshiro. Sega no es californiana, pero tenía un importante estudio allí y en muchos de sus juegos más célebres (Sonic, Out Run,…) salían las típicas palmeras californianas. Terry Silver, el villano de la tercera entrega, un americano chuletilla, cachas, con coleta (¿Alguien ha dicho Terry Bogard?) y mucha pasta vendría a ser la Xbox Family. De la segunda parte guardo un recuerdo más difuso y no pienso tragármela para redondear esta serie de paralelismos tan inútiles como vitales para saciar nuestro imaginario de peter panes. Así que tan sólo añadiré que en esa segunda parte, el prota y su maestro Miyagi, se ganan el corazón de todos los nipones… al igual que ha hecho repetidamente Nintendo. Ahí queda eso.

Os dejo con el vídeo de yotuveunavez para que os flipéis con la música y solteís un par de patadas voladoras en vuestros cutres rediles mientras nadie os ve. No os hagáis daño ni rompáis nada, haced el favor.

Nintendo, you’re the best around

El ilustre Mono Mongolo os dice: Fak lleeeea!

FortressCraft

El documental de Minecraft