Pre-análisis: Battlefield 3

Escrito por en Artículos - 3 marzo, 2011


Siguiendo la moda actual de los grandes portales de videojuegos y teniendo en cuenta que mantener al lector informado es lo primero, he decidido honraros a vosotros, queridos lectores, con el primer pre-análisis en exclusiva mundial del inminente Battlefield 3. Porque sí, todos nos hemos quedado con el culo torcido al ver el vídeo del juego, pero hace falta una mente despejada y unos dedos firmes para poder plasmar esas post-primeras impresiones que todos estáis deseando devorar con los ojos. Y por suerte para vosotros, ahí entro en juego yo, adalid de la información y persona guapa donde las haya.

La acción en Battlefield 3, como posiblemente ya sepáis, está ambientada en una guerra moderna. Todas las misiones, como viene siendo habitual en este tipo de juegos están perfectamente conectadas entre sí gracias a una historia muy profunda llena de intrigas, engaños, traiciones, cabezas nucleares, traficantes de armas despiadados, y situaciones límite en la que la vida de nuestro protagonista penderá de un hilo. Sin embargo, la novedad más impactante de la última iteración de la saga Battlefield no es su excelente guión, sino su excelsa narrativa que nos mostrará, siempre en primera persona, todos los horrores de la guerra. Real y crudo como la vida misma.

Historia aparte, que en el fondo es lo de menos en un juego de estas características, Battlefield 3 ofrece la jugabilidad más divertida que podemos encontrar en un shooter a día de hoy. Si bien hay que matizar que el juego tiene un tempo bastante más pausado que el que podemos encontrar en otros títulos de corte similar, lo cierto es que es algo que se agradece. Aunque tampoco quiero entrar a hablar de ello en demasiada profundidad, algo que ya haré durante el propio análisis del juego, en el que posiblemente cuente exactamente lo mismo que ahora, pero dándoos la brasa durante diez párrafos más de paja insustancial y poniendo nota al final.

Resulta inevitable a estas alturas no hablar sobre el aspecto gráfico de Battlefield 3, algo que siempre es importante mencionar porque vosotros, amadísimos pero cegatos lectores, sois incapaces de ver en las decenas de imágenes o vídeos del juego que acompañan este mismo artículo. Aunque suene bastante estúpido decirlo, la secuela supera obviamente en este aspecto al original, gracias a un motor nuevo y a la inclusión de algunos efectos muy vistosos, además de algunos detalles artísticos y de diseño sublimes. Armas, edificios en ruinas, tíos con turbante, explosiones… todo está hecho con un mimo y una calidad cojonudas.

No es el momento y el lugar este texto (es decir, que ya lo contaré en el análisis) hablar sobre la filosofía general de diseño del juego: lo que persigue y lo que logra, así como sus puntos flacos, que aunque escasos también los tiene. Va a ser un juego que va a levantar odios o pasiones: las primeras entre los amantes de los videojuegos de acción más directa, como Bulletstorm o Call of Fruty; y las segundas entre la gente guapa del mundo de los shooters, representada por los jugadores de PC en general. ¿Pensáis que no he dicho nada en tres renglones? Pues no tenéis ni idea de hasta donde puedo llegar.

En cualquier caso, te guste a ti más o menos, que al fin y al cabo eres un jugador de a pie que no tiene ni puta idea de nada, lo que sí se puede adelantar es que estamos ante otro gran título de DICE, con todo lo que eso supone: excelente factura, rifles de asalto gigantescos, mimo por el detalle, rayos de sol cegadores por todas partes, valores de producción altísimos, un gran acabado y muchas horas de entretenimiento. Y a pesar de ello he sacado tiempo para ponerme a escribir en lugar de jugar y hablaros de Battlefield 3 sin haberlo terminado pero teniendo un juicio ya formado, fijaos si soy profesional.

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