The human side of videogames vol. 8

Escrito por en Artículos - 11 mayo, 2011

the human side of videogames

Lejos quedan los días en los que colocar y detonar bombas frente a las narices de otros, o accidentalmente ante tu propia jeta, era divertido. En la actualidad, la simple pronunciación de la palabra bomba causa inquietud entre los presentes. En los aviones está prohibido mencionarla (no joking) y enseguida tendemos a asociarla con terrorismo. ¿Consecuencias del 11-S? Sin duda, pero no escribo aquí para analizar historia o teorizar sobre conspiraciones (existentes, sin duda… ¿Alguien dijo Club Bilderberg?). Hoy queremos romper una lanza en favor de un clásico de los videojuegos cuya reputación se ha visto severamente afectada por este cambio. Hablo de Bomberman.


La bomba, otrora icono del humor y el suspense

Desde principios del siglo XX, la bomba (o en su defecto dinamita) fue un elemento humorístico recurrente que se extendió cual reguero de pólvora por todo el cartoon tradicional norteamericano. Al Coyote le estallaban en pleno rostro durante su infructuosa caza del Correcaminos, Pixie y Dixie se las hacían pasar putas canutas al gato Jinx, Tom regalaba bombas a Jerry y Jerry nunca dejaba pasar la oportunidad de endosar una en la madriguera de Tom, Pierre Nodoyuna y su perro Patán las usaban para boicotear a otros autos locos… veíamos esto todos los días en la TV y nos reíamos. Era gracioso; la manera idónea de acabar una disputa, una situación límite. El estallido final. En Europa la situación no era diferente. Cómics como Mortadelo y Filemón estaban plagados de viñetas con agresiones mediante bombas; incluso el pulcro Hergé nos regaló alguna secuencia de humor explosivo en Tintín y los Pícaros. También el ilustre Stanley Kubrick empleó el humor (y de qué manera) para satirizar sobre el papel de la bomba atómica durante los años más crudos de la Guerra Fría.

FBI most wanted terrorist

Ahora, como ya he explicado, todo eso ha cambiado. Poner bombas está mal visto. Si tu nombre incluye la palabra maldita, y es el caso del amigo Bomberman, estás perdido. Tu fama decae inevitablemente. Nadie quiere comprar a sus hijos, sobrinos o nietos un videojuego de un tipo que pone bombas a diestro y siniestro. Eso es apología del terrorismo. Su franquicia sigue estando presente tanto en los catálogos de DS, PS3 y Xbox como en la red; pero no cuenta ni con el prestigio ni con los adeptos de antaño. De cara al gran público es un extremista, un fanático, un saboteador… y eso los padres no lo quieren para sus niños. La situación es tan dramática que el propio Bomberman está sopesando sustituir su nombre por el de uno de sus antiguos alias: Don Pepe y sus globos.

Que le quiten lo bailao’… Saturn Bomberman siempre será uno de los mejores juegos de la historia

Otros Human Side of Videogames…

Vol. 1: Zangief
Vol. 2: Tifa Lockhart
Vol. 3: Larry Laffer
Vol. 4: Bayonetta
Vol. 5: Kirby
Vol. 6: Zombis
Vol. 7: Mario

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