Top 20 de juegos Marvel

Escrito por en Artículos - 22 junio, 2011

A día de hoy la marca Marvel me la suda trae sin cuidado. El mundo del cómic ha evolucionado y hallado senderos más interesantes que recorrer que aquellas aventuras de seres mitológicos del siglo XX que combatían el mal en mayas multicolor. Por otro lado, me hastía tanta peliculilla de tres al cuarto y opino que la transformación que ha sufrido Marvel recientemente (hablo de los cabezones Marvel Hero Squad) es la vana huida hacia delante de un producto caduco. No obstante, he de admitir que hubo un tiempo en el que fui uno de esos múltiples zombis adoradores de Marvel.

Esa edad pardilla de la inocencia se acabó de forma abrupta el día en que uno de mis hermanos, diez años mayor que yo, me soltó una soberana tundra para después decirme: “Tu problema es que lees demasiados cómics y te crees más fuerte de lo que eres. No mides.” Y tenía razón, yo le había provocado de mala manera sin sopesar las fatídicas consecuencias de mis actos. Mi carácter, eminentemente soñador y filigranero, me había traicionado. Más allá de la humillación a la que me sometió mi amado brother (a la hora de cenar ya habíamos hecho las paces), mi dolor se debió a la certeza de saber que yo, por mucho que me disfrazase, jamás llegaría a ser un superhéroe/supervillano. En ese preciso instante supe que nunca sería tan ágil como Spiderman, que nunca llegaría a ser tan cachas como Wonder Man, ni podría beber las birras que se trincaba Wolverine, ni podría hacerme invisible como Susan Storm para saltar al Camp Nou y bajarle los pantalones a Paco Buyo (el entonces cancerbero del Real Madrid)… Fue una hostia de cruda realidad terrenal que me llevó a cambiar los Iron Man y compañía por otro tipo de cómics, como Calvin y Hobbes, más cercanos a mi vulnerable existencia.

Con todo, mi corazón siempre guardará un pequeño rincón para los hijos de Stan Lee. Por los viejos tiempos. Prueba de ello son los más de dos mil cómics (no todos de Marvel; también DC, Epic, Dark Horse, Norma, Cimoc, El Víbora, Kiss, Bruguera, Planeta, etc…) que acumulo en mi armario de los recuerdos. Lógicamente, esa pasión marveliana se trasladó también a los videojuegos. Marvel game que salía, Marvel game que me compraba. Un hecho que me curtió en el tortuoso arte de jugar a truñacos dignos de ser analizados por Galious; al margen de proporcionarme ciertos momentos de gloria. Y es de esto de lo que hoy quería hablaros. Así que dejaré de aburriros con mi auto-psicoanálisis de pacotilla para dar paso al verdadero propósito de este artículejo (que, por otra parte, puede resultar todavía menos interesante): los 40 principales un top 20 de Marvel. Tan innecesario como lúdico; sufridlo o disfrutadlo.

Silver Surfer (NES)
Comenzamos este repaso con este zurullo de dimensiones épicas. Gráficos de pesadilla, dificultad endiablada (ríanse de Battletoads), sonido patillero… apenas posee virtudes, salvo la de estar protagonizado por el personaje más trágico y solitario del universo marveliano. Eso y que se podía elegir nivel nada más empezar, como en los juegos de Megaman. El resto es puro masoquismo. Nadie dijo que salvar el universo fuese una tarea fácil, entretenida y bonita.

Avengers in Galactic Storm (Arcade)
A este le reservo un cariño especial. Como one vs. one es una mierda un tosco y tras un par de partidas repite más que un batido de ajo y pimiento rojo. Por si fuera poco, la plantilla de personajes (bastante desequilibrada, por cierto) está sacada de una de las peores y más delirantes sagas de Los Vengadores. ¿Quién coño quiere manejar a Crystal de los Inhumanos? ¿Por qué diantres el Caballero Negro blande una espada Jedi? En cualquier caso, lejos de ser un lastre, tanto freakie junto le convirtió en un juego de culto para los seguidores de la franquicia.

Spiderman: Maximum Carnage (SNES)
Ligeramente superior a su secuela, Separation Anxiety, fue el primer juego de Spidey que nos permitió encarnar al bruterrísmo Venom. Sus virtudes, una banda sonora de escándalo y unos gráficos comiqueros bastante apañados. Por contra, a nivel jugable siempre se me antojó un tanto monótono. No me preguntéis por qué éste más que otros beat’em ups… és qüestió de feeling.

The Invincible Iron Man (GBA)
Nunca me cansaré de repetirlo. En relación calidad-precio-catálago, GBA es una de las mejores consolas que todavía se pueden encontrar en el mercado. Su mejor Marvel game es este clon de Megaman. Un run and gun tan suave y rápido como gustoso y sencillo; de esos que, aún poniéndote las cosas difíciles, deseas seguir machacando. Sin duda, infinitamente superior a los Iron Man basados en las pelis.

X-Men: Mutant Apocalypse (SNES)
La espectacularidad que otorga enfrentarse a robots de dimensiones épicas (los sempiternos Centinelas brillan aquí más que nunca) es la mejor baza de este bonito aunque para nada destacable cartucho. Hostias como panecillos de Viena (useasé, nada exageradas), cinco hombres X a elegir y plataformeo santurrón son sus señas de identidad.

X-Men & X-Men: Clone wars (MD)
Hago trampa y en el puesto número 15 incluyo a dos por el precio de uno. Ambos moderadamente difíciles, de sprites generosos y con una plantilla de personajes bastante apetecible (incluyendo a Magneto, en Clone Wars). Del primero cabe destacar que fue uno de los escasos juegos de la época que optó por traspasar la cuarta pared ; obligándonos a resetear nuestra Megadrive para eliminar un virus maligno del ordenador de la sala del peligro. Así que ahorraos el esfuerzo y no intentéis jugarlo mediante emulador; no podréis finiquitarlo sin una MD y su cartucho correspondiente.

Spiderman: Shattered Dimensions (PS3, Xbox 360, PC)
Si tuviese un poco de decencia y sentido común, auparía unos cuantos puestos más a Shattered Dimensions… pero como carezco tanto de lo uno como de lo otro y no se me cae la cara de vergüenza al admitirlo, le casco el puesto nº 14 y punto. Como bien nos contó Galious en este hamoroso análisis, su principal defecto es haber salido a la palestra poco después que el magnífico Batman Arkham Asylum. Eso y no garantizar la misma o más diversión que sí me dieron otros juegos, que repasaremos a continuación, protagonizados por el trepamuros.


Marvel Heroes: War of the Gems (SNES)
Uno de los últimos títulos que conoció el cerebro de la bestia. Vio la luz al mismo tiempo que el one vs. one homónimo para Saturn y Playstation, también de Capcom; algo que resulta evidente si echamos un vistazo al apartado artístico de ambos. Se trata de un beat’em up francamente divertido, con un sencillo y eficaz sistema de mejoras para nuestros cuatro personajes (Hulk, Iron man, el abanderado y Spidey) y un diseño de niveles variado que lo destacaba ligeramente frente a otros juegos de acción plataformera de la época. A día de hoy, sus gráficos “made in Capcom” me siguen pareciendo la mar de remolones.


Ultimate Spiderman (PS2)
Si no fuese por Mark Bagley (y su nula gracia a la hora de dibujar caretos) y porque me asquea todo lo que tenga que ver con la línea Ultimate, este juego sería la bomba. Cell shading implementado con sabiduría para trasladarnos la experiencia de estar viviendo un cómic, espectaculares enfrentamientos con final bosses, libertad total para balancearnos a lo largo y ancho de Manhattan y Queens… lo tiene casi todo. Lástima no haber sustituido los bocetos de Bagley por los del legendario John Romita, Mark Silvestri, John Byrne o Todd McFarlane, sin ir más lejos.


Hulk: Ultimate Destruction (PS2, Xbox)
Tras la nefasta serie Questprobe y un par de intentos en consolas de 16 bits, al fin un buen juego basado en La Masa. Personalmente, me hubiera gustado más que el verdoso esmeralda hubiese lucido el aspecto de Lou Ferrigno; pero el hecho de poder gambar a tu libre albedrío, destrozando todo lo que te venga en gana, ya es suficiente motivo para que cualquier fan de Hulk Hogan lo catalogue como imprescindible. No alcanza el nivel «crema» por culpa de los enemigos; feos y muy repetitivos.


X-Men: Wolverine Origins (Xbox 360, PS3, PC)
Convertir mierda de pollo en una deliciosa ensalada de pollo. Eso es básicamente lo que hicieron los chicos de Activision al adaptar la peli. No sólo es el mejor hack’n slash marveliano, si no uno de los más eléctricos, extensos y violentos que yo haya visto en una consola de actual generación. Para entendernos; no alcanza el delirio de Bayonetta, pero le da sopas con honda a la tercera aventura de Kratos. (Nota para enfermos marvelianos: podemos disfrazar a Logan con sus trajes originales. Ósom).

Cogemos aire para respirar y seguimos en la siguiente página con los diez primeros de la lista.

Análisis: L.A. Noire

Preguntas sin respuestas #20