La cara buena de los juegos malos

Escrito por en Artículos - 24 noviembre, 2011

Reconozco desde pequeño he sentido una extraña fascinación por lo cutre y la serie B. Me encantaban las películas malas, con monstruos de plástico y maquillaje de todo a cien, me partía el culo viendo las cremalleras de los disfraces de los monstruos en BioMan (el antecesor de los Power Rangers) y me disfrutaba recreándome en esos viejos expositores de casetes de las gasolineras. Quizás por eso, no me ha costado demasiado asumir el rol de “el de los juegos malos” en El Píxel Ilustre. Pero últimamente me he dado cuenta que jugar de vez en cuando a un juego malo puede ser beneficioso para la salud del jugador medio.

A lo mejor muchos creéis que tengo la estantería llena de juegos cuyas notas en metacritic están en amarillo o rojo. Pero no: tengo todos los grandes juegos que me apetecen: los dos Bioshock, Red Dead Redemption, los dos juegos de Batman, Uncharted 2 y 3, los dos Super Mario Galaxy, Portal 2, Super Smash BROS. Brawl, Mass Effect 2, Bayonetta, Mafia II… ¡Hasta tengo el Demon’s Souls pendiente de que le dé una oportunidad! No solo juego con caca y me gusta tanto como a vosotros deleitarme con un buen juego, con una buena historia y unos buenos gráficos.

 

Sé que algún día lo jugaré, pero es ver esta foto y entrarme canguele

Pero sí, también tengo un buen surtido de mediocridades. Juegos de esos de “fondo de catálogo” a los que gracias a los buenos precios de las tiendas de importación no me ha importado darles una oportunidad que no les hubiera dado si el precio fuera el habitual en España. Enslaved, Borderlands, NieR, Hunted-The Demons Forge o Bulletstorm han sido gratas sorpresas, mientras que otros como Knights Contract, Call of Juarez-The Cartel o Golden Axe-Beast Rider han resultado ser auténticos despropósitos, pese a no pagar más de 15 € por ellos.

 

Ni el nombre ni el culazo de la protagonista consiguen que este juego valga la pena

Sin embargo, creo que probar esos juegos me ha servido para apreciar más la experiencia de un juego bien hecho, a “rebajar el listón” si queréis verlo de esa manera. Si el juego merece la pena un pequeño problema gráfico como ver de vez en cuando dientes de sierra, unas texturas algo pobres o que tardan un microsegundo en cargar o una pequeña latencia con los controles no me arruinan la experiencia. Ver esos comparativos entre PC, PS3 y XBox360 me da algo de vergüenza ajena, especialmente ver cómo unos acérrimos seguidores de cada uno de los sistemas se despellejan en los comentarios para defender que SU versión es mejor y la de los demás es caca.

 

¿En serio este tipo de cosas importan a alguien?

Jugar siempre a los aspirantes a Juego del Año, a las sagas consagradas que año tras año siguen triunfando y a los juegos que las distintas webs y últimamente hasta los anuncios de la tela se encargan de vendernos viene a ser como siempre beber whisky escocés; y al beberlo todos los días puede llegar a darnos la impresión que el whisky escocés es “lo normal” y no está nada mal tomar un buen cubatorro de güisqui DYC para recuperar el concepto de “beberse un buen whisky” para así luego volver al escocés y paladearlo en cada sorbito. Los juegos malos son el güisqui DYC.

 

Knights Contract es güisqui DYC. Naughty bear es ESTO

Y, como ya sabéis los que pasáis por aquí habitualmente, me tomo cubatas de DYC con Pepsi MAX con cierta frecuencia. Tengo que reconocer que la parte más divertida de esos juegos suele ser escribir el correspondiente análisis que vosotros pensáis que es para haceros reír un rato pero mi verdadera intención es que os mantengáis alejados de él, o por lo menos que estéis debidamente advertidos si se os ocurre comprarlos. También tengo que reconocer que el último juego malo que ha entrado en mi PS3, Call of Juarez-The Cartel, está resultando ser una experiencia tan entretenida como ver una peli de Ed Wood: hay tan poco mimo y cariño en este juego, está tan mal hecho en absolutamente todos sus aspectos que jugarlo resulta ser una auténtica avalancha de caspa y cutrerío tan encantadora que me ha costado dejarlo aparcado una temporada para dedicarme al Saints Row the Third.

Aunque jugar con estas pintas tiene su guasa

Por eso, por una vez, os animo a jugar y pasaros un juego malo, el que vosotros queráis. Aunque sea como una de esas dietas diuréticas que te pasas una semana meando por el culo para después sentirse mejor, renovado, y después de ello volved a vuestra partida habitual de Modern Warfare 3, Skyrim, Batman-Arkham City, Uncharted 3 o sea cual sea el juegazo al que le estéis dedicando vuestro tiempo libre en ese momento. Seguro que os parecerá un poquito más bueno que antes.

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