Análisis: Jetpack Joyride

Escrito por en Análisis - 5 enero, 2012


Tengo treinta y un amigos en Game Center, que para el que no lo sepa es una suerte de Xbox Live o Playstation Network de Apple, y de ellos, veintiuno ha jugado o juega activamente a Jetpack Joyride. Este dato no habla necesariamente de la calidad del juego ni mucho menos, ya que ahí tenemos los Farmville, Cityville y compañía, que sin necesidad de poner un sólo elemento imaginativo o de cierta calidad sobre la mesa son capaces de cosechar millones de jugadores con facilidad. De lo que sí habla este dato es de la popularidad del juego, que en realidad es uno de los motivos por los que estoy escribiendo, casi un año después, otro texto sobre un juego de iPhone/iPad.

Yo no quería jugarlo. Lo vi durante un tiempo ahí, en la Appstore, mirándome con ojos golosos y la etiqueta de «gratis» adosada al nombre, y conseguí no hacerle caso durante un tiempo. Pero al final, como suele pasar con todo lo que juegan muchos de tus amigos, decidí darle un tiento a ver si tanto vicio y tanta popularidad estaba justificada con una buena mecánica detrás, o si no era más que otra mediocridad con pajaritos cuidadosamente empaquetada y lista para venderte guarrerías directamente a través de la aplicación. Por suerte ha resultado ser lo primero.

Jetpack Joyride es uno de esos juegos tan sencillos como adictivos que consiguen mantenerte enganchado durante horas y horas, gracias a una mecánica que se basa exclusivamente en la habilidad y los reflejos del jugador. El planteamiento es muy sencillo: nuestro protagonista (el bueno de Barry Steakfries) corre automáticamente en línea recta de izquierda a derecha de la pantalla al más puro estilo Canabalt, mientras nosotros tendremos que encargarnos de activar el jetpack que lleva adosado a la espalda con tan solo tocar la pantalla. Como en todos los juegos de este estilo tendremos que evitar los diferentes peligros que frenarán nuestra carrera en seco, teniendo cuidado también de intentar completar las muchas misiones secundarias que se nos irán encargando durante nuestros recorridos, detalle este, fundamental en lo sumamente adictivo que resulta el juego.

Estas misiones, que pueden ir desde lo más típico como es recoger un buen montón de monedas a lo más peculiar como puede ser chocar la mano a unos cuantos científicos o hacer zig zag entre obstáculos, harán que siempre tengamos un objetivo y una meta cercana para seguir jugando. El problema del título anterior de Halfbrick Studios, Monster Dash, fue que pese a tener una mecánica muy similar a la de Jetpack Joyride, llegaba un momento en el que no tenías más motivación para seguir jugando que intentar superarte a ti mismo. Y claro, cuando ya tienes una marca excepcionalmente buena y ves que tras cuarenta intentos no has conseguido nada, dejas de jugar (que es exactamente lo que me pasó a mí). Estas pequeñas misiones, por estúpidas que puedan parecer, evitan precisamente eso: hacerte sentir que no avanzas.

Por supuesto, al margen de las misioncitas que nos harán subir de nivel y mejorarán el ego, el juego cuenta con tabla de clafisiciones online (en la que ElRoSSo todavía no me ha superado), sistema de logros, y hasta una tienda ingame en la que adquirir nuevos jetpacks, ropas y skins para nuestro protagonista. Puedes ser muy gilipollas y pasar por caja para comprar todas estas chucherías añadidas, que convertirán a Barry en Goku o harán que nuestro jetpack dispare un chorro de arco iris en lugar de balas, pero lo lógico si no te sobra el dinero es ir cogiéndolas poco a poco durante los muchos recorridos que posiblemente juguemos.

Jetpack Joyride, evidentemente, no es una gran producción con una historia perfectamente hilada, unos gráficos de infarto, una banda sonora cautivadora y una mecánica complejísima; pero por suerte tampoco pretende serlo. Es un título consciente de sus limitaciones y las del dispositivo en el que funciona, y dentro de esa consciencia y esas limitaciones consigue ofrecer una de las experiencias más divertidas que he tenido últimamente en un teléfono móvil.

nota8

*La misma nota que Zelda: Skyward Sword

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