Retro Amor: Shadow Dancer

A veces echo de menos cuando los ninjas estaban de moda. Coral Bistuer nos ponía pelis de los Kung Fu Kids en Antena 3, todos los niños queríamos ir a karate y nuestros padres nos apuntaban a judo. Los videojuegos de ninjas arrasaban en los salones recreativos y entre los que más triunfaban estaba Shadow Dancer, el del ninja con perrito.

Shadow Dancer pulía bastantes aspectos de su predecesor Shinobi. Seguía el mismo esquema de fases en las que había que recoger unos objetos para acabarlas (nenes en Shinobi, bombas en Shadow Dancer), shurikens, power-ups y las espectaculares magias, pero mejoraba que el ninja tenía el aspecto que debía tener un ninja y no parecía un niñato con coleta en chándal y añadía el perrito.

Limpiando el aeropuerto de indeseables

Nuestro canino aliado no era solo un añadido molón, sino que resultaba de bastante utilidad al ser capaz de dejar incapacitados temporalmente a los enemigos de más bajo nivel, dejándolos expuestos a una lluvia de estrellas ninja. Eso sí, si no nos dábamos prisa en abatir al enemigo, el perro sufría daño, menguando como si fuera un pez globo y quedando reducido al tamaño de un inofensivo pez globo hasta que pilláramos algún power-up o acabáramos la fase.

Avalancha perruna, una de las magias más poderosas

Y, entre fase y fase, ¡la Bonus Stage! Es una lástima que las Bonus Stage hayan desaparecido, esos pequeños lapsos jugables, normalmente con una mecánica diferente, en la que no solo no perdíamos ninguna vida, sino que teníamos la oportunidad de sacar alguna vida extra si lo hacíamos bien. En Shadow Dancer, la Bonus Stage consistía en eliminar todos los ninjas enmascarados que saltaban desde una torre, cambiando el punto de vista lateral por uno en primera persona.

Echo de menos las Bonus Stage

Shadow Dancer era uno de esos arcades en los que tras unos primeros niveles asequibles en los que nos confiábamos, se complicaba cada vez más hasta llegar a ser casi una tragaperras. No olvidemos que era uno de esos juegos old-school en los que con un miserable impacto moríamos, nada de barras de vida ni mucho menos autorregenerarse tras un peñasco. Esa curva de dificultad garantizaba un buen puñado de minutos de juego con tan solo 25 pesetas, con lo que no es de extrañar el éxito entre la muchachada de la recreativa del ninja con perrito.

 Primer Final Boss: Un robot samurai jugando a balón prisionero dentro de un avión de carga. Era absolutamente ridículo pero no nos importaba

Al estar hablando de Sega no es de extrañar que al poco llegaran las conversiones sus consolas y así poder llevarnos el perrito a casa. Tanto la Master System como la Megadrive contaron con su ración de Shadow Dancer correspondiente, aunque se le añadió la coletilla The secret of Shinobi.

Estas portadas con cuadritos definitivamente tienen algo…

La versión de Master System se inspiraba directamente en la recreativa, aunque se cepillaron la mitad de las fases y, lo que es más importante, al perrito. Aunque podíamos invocarlo para molestar a los enemigos más débiles, ya no era lo mismo pasearse sin nuestra mascota siguiéndonos los pasos. Hay que decir que los gráficos de esta versión están realmente bien logrados para tratarse de un juego de 8 bits, con sprites bastante grandes y animaciones muy similares al arcade original.

 Así de cojonudo se veía el juego en Master System. Tiene mérito.

Para Megadrive, se hizo un juego nuevo, siguiendo la mecánica del arcade, con magias y perro, pero con fases y enemigos totalmente distintos. Quizás alguno se llevó una decepción al no encontrarse un port fiel, pero seguro que el disgusto se le pasó pronto porque el juego está considerado el mejor de la saga Shinobi.

Sólo luchar con una pelirroja con sierras de disco en las manos montado en un andamio delante de la estatua de la libertad podía superar al Robot-Samurai del Arcade

Como ya he dicho en la entrada, echo de menos los juegos de ninjas. Es hora que vuelvan a recuperar su sitio en los videojuegos y, si es posible, pido que si vuelven los ninjas vuelvan con perrito. Como en Shadow Dancer.