Dragon's Dogma Journal II

Escrito por en Artículos - 13 diciembre, 2012

Continuamos con la bitácora del nuevo Arisen. Ya hemos llegado a Gran Soren, la capital del Reino, nos hemos establecido en una coqueta posada y hemos empezado a recibir encargos de todo aquel que se cree digno de pedirle favores al Arisen: miembros de la nobleza y el clero, prestigiosos comerciantes, taberneros, campesinos, el loco del pueblo y un crío que pasaba por ahí entre otros. El problema llega cuando toca alejarse de la urbe para ayudar a esa pobre gente que siempre tiene unas moneditas para que el Arisen pueda comprar un poco de vino.

A las abuelas hay que hacerles caso. La mía no paraba de repetir que había que estar en casa antes que se hiciera de noche, que la oscuridad no traía nada bueno. Y tenía toda la razón del mundo. Lo que pasa es que ahora soy el Arisen y no valen excusas. Pero, por lo que sea, hay que viajar con las alforjas bien llenas de aceite para rellenar la lámpara.

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Ni cestita ni hostias…

Gransys es un país extenso y en un país donde los caballos han sido devorados por vete tú a saber que bestia, toca ir a pata de lado a lado. Y es difícil que no nos pille el ocaso durante el trayecto. No apartarse del camino nos garantiza un poco más de seguridad hasta que salga el sol, pero hay veces que no nos quedará otra que correr entre el sembrado para llegar a nuestro destino.

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Esto es lo que pasa si vamos a investigar un misterioso balido pensando en cenar corderito a la brasa

Y ahí puede pasar cualquier cosa… Desde pisar una caca de cíclope, meternos de lleno en la guarida de unas ladronas andrófobas, interrumpir una orgía de esqueletos o despertar al cacique trasgo del bosque. Todo ello nada agradable, y menos aún a oscuras. Y cada vez el desenlace es el mismo: la espada llena de entrañas… Hay que ver qué mal huele la parte de dentro de los cíclopes.

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Pero la caca de cíclope no es lo peor… Hay cosas MUCHO peores

A pesar que esto de ser Arisen tiene su gracia, echo de menos los días de tranquilidad, en los que podía pasar la noche arropadito en la cama con la hija del alcalde al lado. No me gusta pasar la noche deambulando por los parajes de Gransys y por ello procuro salir pronto de viaje, bien desayunado, meado y cagado para que no me pille el anochecer a medio camino… Si por lo menos Thorpeda fuera una buena compañera no solo en el campo de batalla esto se me haría más soportable, pero por lo visto los peones no están para estas cosas… Una lástima… Pero bueno, parece que la mujer del Duque me está poniendo ojitos… Lanzaremos la caña a ver que tal…

Os recuerdo que Thorpeda está abierta a proposiciones de lucir palmito para otros Arisen. Para contratar sus servicios de forma más económica, mi PSN ID es Wernario. Así entre colegas no me enfado si la chavala se ha ido de juerga con otros.

A walk in the Dark, gatos ilustres

Análisis: XCOM: Enemy Unknown