Retro Amor: Mother 2

Conocido por muchos por su nombre americano, Earthbound, Mother 2 es la secuela del juego creado por Shigesato Itoi y que tiene el honor de ser el único juego de la trilogía que ha salido fuera de Japón. ¿Qué tiene de especial Mother 2 que hace que todo el mundo lo conozca? Un seguero como yo miraba con atención siempre que hablaban de él en las revistas que compraba cuando era un zagal. Llegué a leer la expresión «un RPG mundano». Pensaba que se trataba de un cartucho en el que debíamos vivir el día a día de un chaval en su barrio. Yendo al colegio, jugando en su casa, paseando al perro. Cuando el año pasado lo caté al fin, descubrí que no podía equivocarme más respecto al juego.

Nos encontramos en 199X. Residimos en Onett, un pequeño pueblo de un país que perfectamente podría ser Estados Unidos. Una noche nos levantamos de la cama y nos enteramos de que un extraño meteorito ha caído en nuestro barrio. Tras acercarnos a él, de su interior aparece un extraterrestre de nombre Buzz Buzz que nos informa que viene del futuro y que un malvado ser llamado Giygas dominará el universo sino lo paramos en el presente ya que más tarde será invencible. Al parecer somos uno de los cuatro elegidos para poder detener a Giygas así que nos ponemos en marcha junto a Buzz Buzz para poder vencerle. Eso sí, antes de emprender esta titánica misión, nuestra vecina mata a nuestro alienígena amigo al confundirlo con una abeja. Eso es Mother 2.

Se usa mucho la expresión «RPG atípico» cuando se habla del juego desarrollado por Ape (ahora Creatures) y HAL Laboratory (Pokémon, Super Smash Bros.) ya que en vez de situarnos en un universo fantástico ajeno, nos encontramos en una versión loca de la Tierra, una suerte de Estados Unidos singular. Olvidaros de pociones, éters y demás artefactos de curación propios de Squeenix: en Mother 2 nos recuperaremos a base de engullir desde frutas varias a barras de pan o hamburguesas. Poca dieta mediterránea. También debéis olvidaros de las espadas gigantescas, hachas mágicas y demás enseres violentos ya que el arma de nuestro protagonista, Ness, es, en un principio, un simple bate de béisbol. Este relativamente simple cambio de ambientación es una de las decisiones más acertadas que se han tomado nunca ya que difícilmente vais a oír «Mother» separado de «juego de culto».

Cuando hablo de simple cambio de ambientación me refiero a que si nos ponemos cínicos, simplemente han cambiado el nombre de una cosa por la otra. La experiencia jugable a nivel más básico (combates, desarrollo de personajes) es la típica de los JRPGs clásicos. Poca innovación vais a ver en ese sentido ya que tendremos todos los ingredientes típicos del género: combates por turnos (aunque veremos en el mapa a los enemigos por lo que no se trata de encuentros aleatorios), subidas de nivel clásicas, nuestra misión es la manida historia de salvar el mundo de un malo maloso… Mother 2 es un JRPG clásico en forma. Entonces toca reformular la cuestión que me hacía en el primer párrafo: ¿qué tiene de especial este juego? Si obviamos la carcasa, he de decir que todo lo demás.

Podría reducir la explicación a la mínima expresión y exclamar simplemente que Mother 2 es puro HAMOR. Es imposible que me detenga a comentar todos los detalles que hacen único a este juego porque esto no es «El Quijote Ilustre» y porque no soy un gran fanático de explicaros todos los pormenores del guión del título para no destripar las cosas a nadie. Lo que si que puedo detallar es que Mother 2 es un videojuego lleno de referencias —hola Blues Brothers—, repleto de detalles que lo hacen diferente —tener que llamar a nuestra madre cada dos por tres para que no nos entre morriña y luchemos peor es pura magia— y está lleno de humor. Humor amigos, eso que tanto le falta al mundo de los videojuegos. Y lo mejor de todo es que bajo toda esa capa de absurdez y de cachondeo absoluto existe un mensaje bastante profundo —a medida que avanzamos en la historia nos iremos percatando de ello— sobre el ser humano, su avaricia y su fe.

Normalmente hacéis capturas de pantalla de los títulos a los que jugáis, aquí os la hace un fotógrafo en momentos inesperados. Lo habitual es que aguardemos con impaciencia a que los juegos carguen de una maldita vez, en Mother 2 hay un momento en el que tendremos que estar esperando tres minutos justos para conseguir entrar a cierta localización. Los obstáculos que suelen bloquearnos el camino suelen ser objetos contundentes como rocas gigantes o cosas del estilo, aquí nos cerrarán el paso lapiceros de metal gigantes… que eliminaremos gracias a goma de borrar. No quería soltar algunas de las infinitas perlas que tiene el videojuego pero me es harto imposible no exponer algunas cosas que lo hacen un cartucho único.

Mother 2 no es un trago sencillo. Nada de un paseo fácil. No hay que olvidar que salió en 1994 y que tiene una dificultad acorde con la época. Bueno, o puede que sea incluso algo peor. Pero que importa algo de dificultad cuando se trata de un cartucho único —con uno de los mejores tramos finales de la historia de los jueguicos—, de un videojuego diferente al resto —aún hoy en día sigue siéndolo— que aunque no innove en las mecánicas ni en la forma si que lo hace en el fondo. Que realmente —para mi— es lo importante. Amaros un poco y disfrutad de la segunda entrega de la trilogía de Shigesato Itoi. Supongo que queréis lo mejor para vosotros mismos y difícilmente va a haber algo tan único y fascinante como Mother 2. Palabra de Mr. Saturn.