Análisis - New Super Luigi U

Escrito por en Análisis - 8 julio, 2013

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Soy de los que piensan que Nintendo siempre busca algo, en un sentido muy vago, con sus Mario. Normalmente, eso equivale a no revolucionar nada y a solo introducir una variación pequeña pero suficientemente interesante a lo que es, ha sido y será siempre su franquicia predilecta: un juego de correr y saltar, y ya. El resto de elementos son complementarios a lo único que se hace de principio a fin. Y ahí es donde New Super Luigi U intenta entrar, a veces bien y otras mal.

Que el de verde sea el protagonista se nota. Luigi se maneja muy diferente a Mario en esta expansión, algo que no pasaba en el juego original: mientras que el de rojo cae donde queremos y salta como todo el mundo sabe, su hermano es más impreciso, tiene un salto mucho más alto y cae de forma irregular. Se puede corregir el trayecto, pero claro, esto trae los mismos problemas que ventajas: si vas bien, la puedes cagar; si vas mal, la puedes cagar más. Como decía, esto va de correr y saltar, y si lo segundo es irregular y más complicado, puede ser un fastidio gigantesco.

No es el caso. Es un contraste que se agradece en comparación con el continuismo del juego completo y que rememora a los tiempos de Super Mario Bros. 2, una secuela que no es secuela y donde a mi me encantaba jugar con Peach porque su salto era una bizarrada. Esto, además de quizá explicar por qué no pongo tetas en las epildoritas o por qué el sábado medio borracho comenté lo bonito que era el peto de la novia de un amigo; es algo que Nintendo debería hacer más, no solo para cortar un poco con su mariodependencia sino porque tras tantos juegos calcados, algo tan tonto como esto me ha hecho estar horas sentado delante de Wii U, algo que no hacía por gusto desde hace bastante. Hacerlo mediante DLC es una buena forma de poner un parche a ese problema, que parece van a combatir más contundentemente con Super Mario 3D World incluyendo directamente en el juego a Peach y a Luigi con sus características propias.

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Para no dejar la jugabilidad a medias, también se ha modificado el correr. No, Luigi no es más lento, pero parece que camina sobre hielo y solo tiene 99 segundos para completar cada nivel. Y los ítems modificados no lo arreglan: el traje ardilla con el salto y el pie resbaladizo es como poner a conducir de noche a Sandro Rey con sus gafas especiales de vidente. Todo esto, que parece más propio de un modo alternativo que de uno principal, habría sido genial si las fases no fueran tan breves. No hay forma de sentir la presión del reloj si las pantallas se pueden acabar dando cinco saltos y en 60 segundos, sobre todo si están tan dirigidas y las monedas para recolectar no siempre están ocultas. Habría preferido que fueran tan largos como siempre y que hubiera bonus de tiempo por ahí escondidos además de las monedas.

Parece que en Nintendo solo piensa en poner las cosas fáciles, incluso cuando en teoría hacen algo para ponerlas difíciles. La mezcla del salto tambaleante de Luigi y del darse prisa a costa de la precisión y de caerse más de una y de dos veces por un barranco funciona según los niveles. Los hay geniales en el mismo número que los hay clónicos, pero también los hay buenos de verdad. En algunos es imposible acertar en la plataforma de buenas a primeras y porque todo está en movimiento para putear tu salto de pavo.

Cuando me he visto en estos niveles he podido ver el Mario de verdad, ese que estaba revestido de una capa de complejidad impropia de juegos donde, vaya, solo hay que correr y saltar. Es algo que echo muchísimo de menos pero que  juegos como Donkey Kong Country Returns han demostrado que es posible conseguir todavía. Es una lástima que este no me haya correspondido así más veces y que el contraste con las fases donde el plataformeo parece estar casi impuesto y reglado al milímetro sea un contraste tan negativo.

El multijugador solo ofrece una cosa nueva: un personaje inmortal, lo cual a mi no me hace ni pizca de gracia ni me parece divertido, pero que veo lógico dentro de la dinámica de powerups que te impiden morir y de guías automáticas para los jugadores que se quedan atracados. Y con jugadores aquí me refiero a niños, porque no olvidemos que Nintendo nunca ha dejado ni dejará de hacer cosas para niños (de 10, de 24 o de 40 años) y que Mario es una marca cultural y generacional que siempre debe se accesible, por mucho que eso me duela.

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Como experimento y como particular homenaje a Luigi, algo que está todo el rato haciendo el propio juego con diseños en las fases de bonus y otros detalles tontorrones, New Super Luigi U es lo que debía ser: una vuelta de tuerca adaptada el personaje. En el mundo de los DLCs para obtener armas o mejoras rápidas, se agradece que Nintendo lance una expansión a la antigua usanza: ocho mundos para el juego que más vende de Wii U y un cambio que se nota lo suficiente en lo jugable como para que el jugador medio de los Mario, y hasta yo que llevo toda la vida jugándolos, nos topemos  de vez en cuando con momentos incómodos en un buen sentido. Por desgracia, esto mismo evidencia que la fórmula New Super Mario está cada día más gastada y que es cada vez menos divertida…

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Raciones de epildoritas #109