La artista española Raquel Meyers tiene la cura para la pochez de los agotadísimos videojuegos musicales: monos. Los monos lo mejoran todo. Micomonocon es un Rock Band en el que nos convertimos en managers e instructores de un grupo de rock ácido compuesto por monos. Solo el concepto del juego y el cojonudísimo tráiler que os pongo más abajo son más lisérgicos que la propia banda de monos y toda su discografía.
Micomonocon es otro juego del pack experimental del LA Game Space. Es la historia de un pobre diablo que trabaja frente al ordenador que, en unas vacaciones, decide fundirse los ahorros en comprar monos talentosos, enseñarles a hacer rocanrol y lanzarlos hasta el estrellato. En el primer nivel, que sirve como tutorial, nos ponen a tocar en un garage el Smoke on the water de Deep Purple, el do-re-mí de los novatos de la guitarra con ínfulas (título que también ostenta el Wonderwall de Oasis; lo sé muy bien porque yo he sido un novato de la guitarra con ínfulas).
En este tutorial entramos en la mecánica que sostiene el juego: es un Guitar Hero con las letras del teclado. Sí, es tan putamente imposible de manejar como parece. El Smoke on the Water se puede tocar, más o menos, con la chorra fuera, pero pasar de la segunda canción es complicadísimo. Por otro lado, poner a cuatro monos a hacer música en la vida real tampoco debe ser muy fácil.
La dificultad inmanejable, los gráficos compuestos con el peculiar estilo de Meyers, que trabaja con caracteres de texto y las coñas constantes hacen que este experimento supure humor y olor a punk por los cuatro costados. Además, un mono siempre es gracioso.
Ha causado sensación en el blog.
Jajaja CABRÓN.
A mi me gustan los monos.