En el amplio espectro de videojuegos que persisten en mi memoria hay un género que me tiene enamorado desde mis primeros años de existencia. No, no voy a volver a soltaros una pataleta nostálgica sobre mi corazón seguero y mis andanzas con el erizo. Toca hablar de esos veranos en la playa acompañado por una de esas máquinas portátiles que acumulaban 99 sencillos «juegos», por llamarlos de alguna forma, y donde destacaba, por encima del resto, mi favorito: el rompe ladrillos.
Todos hemos tenido una profesión predilecta cuando eramos unos mecos. Un amigo que siempre llevaba los cordones desatados quería ser médico. Era un chico bien cuyo padre era cirujano. Puede que esto le haya ayudado, puede que no. Yo que sé, le perdí el contacto. Lo que verdaderamente importa es que le gustaba mucho comer Monchitos y eso es un dato a destacar. Ay los Monchitos, eso era auténtica gloria y no los huevos de camello de ahora.
Mis miras profesionales iban dirigidas hacia el mundo de la arquitectura. Supongo que todas esas cajas de Lego que poseía lograron su objetivo. Bueno, al menos en las miras de ese infante de pelo rojizo ya que el futuro que proyectaba ha demostrado ser bastante diferente. Me queda el consuelo de que también quería trabajar con algo relacionado con los videojuegos. Bueno, quería trabajar en algo relacionado con SEGA por mi adicción a revistas como Mega Sega y Todo Sega. Y aquí me tenéis. Algo es algo. Viviré del aire gracias a ésto pero he cumplido una de mis metas. Ah, la vida, qué irónica que es.
Supongo que al crecer e ir dándome cuenta de que las matemáticas no eran lo mío y que por ende veía muy complicado poder trabajar como arquitecto, fui desarrollando un odio interno hacia todo lo que tuviese que ver con construcciones. El siguiente juguete que adquirí fue una grúa de demoliciones. Lo siguiente fue la portátil de 2000 pesetas que me compraron en Hermanos Pardo, Fuenlabrada. Fue el comienzo de la relación que aún a día de hoy sigo manteniendo con los videojuegos rompe ladrillos.
99 juegos afirmaba la caja que tenía. Es normal que un niño se antoje de tal poderosa afirmación. Y bueno, no mentían. Había 99 «juegos» diferentes aunque más bien se tratara de cinco o seis videojuegos diferentes y el resto se tratara de infinitas variaciones que cambiaban un poco la jugabilidad y las reglas de los mismos. Aún con toda la, relativa, variedad, el que mejor recuerdo me trae es el clon de Arkanoid. Demonios, no sabía ni que cojones era Arkanoid pero ya estaba jugando a uno de sus millones de clones. Es más, Arkanoid no era otra cosa que una versión macerada de Breakout. Así que en definitiva estaba viciando a un clon de un clon de un juego de 1976. Pero que importa eso, lo realmente valioso es que lo disfrutaba como nadie.
Tras ello el siguiente paso fue disfrutar de la versión de Arkanoid en la réplica de NES que tenía un primo mío. Crackout se llamaba. Las pseudo consolas parecían querer acompañarme durante mi infancia. Nos turnábamos a una vida cada uno aunque lo normal era acabar cambiando de juego ya que la frustración que creaba el juego de marras podía con nuestra infantil paciencia. Pero el daño ya estaba hecho, romper ladrillos se convirtió en una de mis cosas favoritas a realizar. Al menos recrear este hecho a través de una pantalla. Y qué mejor forma de realizarlo que juntando una Game Boy y el mítico Alleyway. Nunca tuve la portátil de Nintendo pero siempre pude robar algunas partidas en las consolas que vecinos adinerados del barrio poseían. Solo eran dos, pero al menos tuve tiempo de catarlo.
Es sencillo resumir en que consiste cualquiera de este tipo de juegos y sus infinitas variaciones: tomas el control de una suerte de barra cuyo único objetivo es repeler una pelota continuamente mientras choca con los objetos que queremos destruir por completo para poder proseguir haciendo lo mismo fase a fase. Y poco más. Sencillo. Jodido. Para toda la familia. Bueno, quizás esto último no debido a que este tipo de juegos suelen requerir de bastante destreza. Ya no solo por intentar predecir con éxito hacia donde vendrá la pelota rebotada sino también lograr golpear a la misma para dirigirla exactamente hacia donde nosotros queremos. Algo complejo. Y más cuando la dichosa bola del mal va acrecentando su velocidad con cada rebote. Un juego hecho para los más mañosos. Un juego hecho para acabar tirando el mando contra la pantalla. La portátil no, que se rompe.
Durante toda mi vida he seguido gozando de este tipo de juegos. Aunque su destino está ligado a plataformas portátiles por razones obvias en cuanto al hecho de tratarse generalmente de partidas cortas e intensas, he podido tener el privilegio de catar unas cuantas versiones más que interesantes en otras plataformas. Un ejemplo de ello es Break Quest, un más que digno sucesor de Arkanoid que además incluía un gritón de referencias videojueguiles y a la cultura pop que seguramente hagan estremecer de placer a más de un portador de gafas de pasta. Un título imprescindible en el genero es Shatter, un rompe ladrillos de lo más divertido que cambia la perspectiva vertical tradicional por una vista horizontal, aunque en ciertas fases volvemos a la vista clásica con cierto twist. Un hecho, a priori, simple que en un género tan cerrado es una innovación importante. El juego presenta multitud de modos de juegos así como una banda sonora magistral. Es tontería hablar más de él porque ya lo hemos recomendado infinidad de veces. Aún así, el mensaje es claro: haceros con este orgasmo audiovisual interactivo.
El último exponente que he probado en compatibles es Wizorb, un título del que ya os habló HtDreams, y que mezcla muy bien elementos errepegeros con la jugabilidad clásica del género. Una pena que se haga un tanto coñazo a medida que avanzamos en el título. A mi no me convenció y lo peor es que te deja con un sentimiendo agridulce al ver unas muy buenas ideas que no se resuelven en la medida de lo esperado. Esperemos que alguien coja ese testigo ya que hay material cojonudo (ambientación, el toque RPG) sobre el cual hacer un título mejor. Y más habiendo un antecesor mucho más ilustre que el título de Tribute Games: el genial Firestriker de Super Nintendo.
Entrar y diseccionar el mercado portátil en este género puede ser una tarea poco placentera. Además, yo no he probado todo el extenso material y para algo sirve la Wikipedia. En el terreno de los teléfonos móviles he probado dos o tres clones más bien mierder ya que el control de los mismos siempre ha sido su gran problema. No recuerdo sus nombres. Tampoco quiero hacerlo. Eso sí, puedo afirmar que los títulos de Nintendo DS tampoco me terminaron de convencer en ningún momento ya que me parecieron bastante toscos. Break ‘Em All y Nervous Breakdown nunca conquistaron mi corazón. El último algo más debido a la propuesta original de alguno de sus escenarios pero poco más. Aquí la jugabilidad es algo esencial y encontrarte con que el control deja bastante de desear no es muy agradable. Palabras aparte para Arkanoid DS que era una revisión del original sin mucho más. Bueno, sin mucho más en Europa ya que en el resto del mundo se pudo disfrutar del stick clásico que se enganchaba a la ranura de GBA para acercar la experiencia arcade a la portátil de dos pantallas. Una jodida tristeza no haber podido catarlo. Entre la desilusión de no poder catar el periférico se unía el hecho de haber renunciado a parte del encanto del juego original: su dificultad. Una pena.
Párrafo aparte merece Bit.Trip BEAT. El primero de la familia Bit.Trip no entra exactamente en la definición de «clon de Arkanoid» ya que su mecánica difiere de lo que estamos acostumbrados aunque si que bebe de ella directamente. Y a morro. En BEAT manejaremos una vez más a una barra, a través de un scroll horizontal, que deberá repeler todo item que se encamine hacia el lado izquierdo de la pantalla pero no con el objetivo de romper ladrillos sino más bien de encadenar una sucesión de tonos rítmicos que irán formando una melodía cada vez más compleja, y rápida, lo cual hará que nuestros reflejos tengan que funcionar a su máxima capacidad. Eso sí, no recomiendo el título a aquellos que tengan problemas fotosensibles por la gran infinidad de colores y objetos que harán aparición en la pantalla y que intentarán lo posible para que perdamos la concentración y, con ello, la partida. Lo cuál nos llevará a llorar amargamente en un rincón de nuestra habitación puesto que el juego únicamente consta de tres pantallas bastante extensas de duración. Esta mezcla entre Pong y Arkanoid con tintes rítmicos es un título exigente. Mucho. Pero poder superarlo es posible gracias a que el patrón de objetos que se nos vienen encima siempre es el mismo. Acordarse correctamente de él ya es otra cosa.
Ya que he mentado a Pong debo decir que probablemente sea el título que más ha influido en este tipo de juegos. Básicamente Breakout es un Pong de vista vertical donde en vez de enfrentarnos a otra barra deberemos destruir una serie de ladrillos. Es más, tal es el influjo del título creado por Atari que en la mayoría de sucedáneos rompeladrillescos nos encontraremos con el típico jefe final que es una barra gemela que tendremos que vencer en una partida de Pong. En Bit.Trip BEAT se homenajea a los dos clásicos con dos jefes finales: uno es una barra con bastante mala baba y otro es una sucesión de ladrillos que deberemos romper. Se reparte amor por todos lados.
Es difícil innovar en este género. Son juegos sencillos donde la mecánica está más que establecida y donde solo podemos retocar muy pocos elementos para no convertirlo en otra cosa diferente. Por eso hay tantos clones y sucedáneos de baratillo. Pero tampoco importa demasiado. La sensación de repetición está ahí, en todos los juegos que han salido. Eso está claro. Pero la dichosa bola parece ser un ente con libre albedrío y aunque hace 16 años le acabaras ganando la partida a Doh, ahora puede que te las haga pasar putas. Yo aún sigo sin poder controlar la bola a mi gusto y por eso sigo viciando. Quizás sea por ello, por seguir intentando controlar esa fuerza de la naturaleza en forma de pelota. Esa bola que muchas veces nos hace pensar en todo tipo de sádicas torturas a los creadores cuando nos queda una sola pieza en la pantalla y somos incapaces de lograr alcanzarla. Maldita pieza. Bendita pieza.
La última pieza es el MAL.
Mis dieses Kirkis.
Creo que es la segunda vez que pongo esto por aquí pero
http://www.youtube.com/watch?v=_xXB9XRBWco
Tiene además una versión de DS bien maja.
Pintaca eh. Lo desconocía.
Lo comenté por twitter, pero se te ha escapado el que para mi es el mejor. Lo bueno es que puedes probarlo ahora siempre que sepas manejar DosBox. A ver si lo intento este finde un poco mas largo de lo habitual.
Hablo de Bolo de Donglware, pongo un par de capturas:
http://zett42.de/rembolo-game/files/2008/07/bolo_screenshot03.jpg
http://zett42.de/rembolo-game/files/2008/07/bolo_screenshot04.jpg
Lo que tenía de especial es que se maneja con ratón, y lka raqueta no estába sujeta a la parte inferior de la pantalla, sino que en principio podías moverla por toda la pantalla con libertad. Digo en principio pq podia haber obstaculos físicos que impidieran su paso libremente, tb podía estar atada a ciertos puntos con cuerdas o gomas elásticas.
Las bolas tienen física y peso, quiero decir que no aceleran por acelerar, sino segun el golpe que las pegues y lo rápido que lo hagas. Igualmente tienen peso, y hay autenticos bolones que cuando les das o te dan siente autentica resistencia en el ratón. Aseguro que el peso se siente como algo fisico y real y cuesta moverlo. Las bolas tb pueden estar atadas a los elementos del juego e incluso a si mismas, logrando que moverlas bien sea a veces un locurón.
Las bolas no se pierden al caer por la parte inferor de la pantalla, sino que hay unos hoyos estilo golf en los que si caen… kaput, esos hoyos a veces están como undidos en la «mesa», con lo que «atraén» a las bolas, a veces sobresalen con lo que es mas dificil que se cuelen…
En definitiva un juegazo. Si logro arrancarlo avisoy explico como.
Otro que habria que comentar es Shatter, que espero que ya lo tengais todos pq es de Steam, ha estado en algun bundle y se ha rebajado 1000 veces. Es la polla tb, y con una BSO simplemente soberbia. Siempre me ha dado mucha rabia que Andresito me barriera en el concurso que montó con el.
Tiene una pinta bastante loca, la verdad.
Y también tiene pinta de ser el clon de Arkanoid más complejo.
Tengo que curiosear por la red a ver como me hago con él.
Mi primer arkanoid fue en Amstrad y era de lo poco realmente jugable y a dia de hoy sigue siéndolo. De chaval tampoco tuve la Game Boy pero más tarde me hice con una y el Alleyway (vaya nombrecito, Nintendo) el cual es bastante resultón. Y aunque por estos lares no sean muy Nintenderos también recomiendo el Kirby Block Ball para GB, muy cuidado y con mucha variedad (y posiblemente el juego de Kirby más cabrón). Por mi parte me apunto lo del Firestriker de SNES y el Devilish para DS.
El de Kirby tengo ganas de probarlo puesto que lo vi en la Wikipedia y me quedé ojiplático.
Doh it! (Aunque si te da por jugarlo en la GB tocha te puedes quedar cegato con el ghosting de la bola).
En el Humble Bundle Weekly tenemos Shatter, al precio mínimo de un dólar (no seáis ratas como Wario y dadle un poco más de hamor si no lo tenéis ya). Y por supuesto con esa gloria de banda sonora, y con otros tantos jueguicos.
https://www.humblebundle.com/weekly
Os quedan dos días a partir de YA.
COMPREN
Kirkis dando el Doh de pecho.
Sin duda, de todos los juegos que entrarían en un hipotético género «arcade», los Arkanoid son mis favoritos.
Es un género que siempre me ha gustado. Y eso que requiere bastante maña.
Los Arkanoid , los pinball y los de juntar 3 fichas son mis vicios favoritos…vaya que sí. Ya he apuntado los de Megadrive y los de Super Nintendo, gracias, y tengo una partida pendiente en Wizorb de tomármelo en serio y acabármelo, lo que pasa es que no me acaba de enganchar como debería ¿Demasiado fácil, muchas vidas, poca velocidad de la bola? Ni idea.
A mi Wizorb me cansó. Lo cogí con muchas ganas porque hacía tiempo que no cataba un rompe ladrillos y la propuesta era más que maja. Al principio muy bien pero al final se hace muy cansino. Y tedioso. Tener que pasarte cada mundo del tirón o empezar de nuevo otro día hacía que me quisiera arrancar las manos para no jugar de nuevo. Además de que el juego es bastante lentorro.
Una pena porque la idea es buena.
Al habla otro aficionado de los juegos de palotes, bolicas y ladrilos.
Mi aporte: Lego Bricktopia.
http://screenshots.en.sftcdn.net/en/scrn/53000/53719/lego-bricktopia-3.jpg
Lo que tenía de especial era que en algunas de las fases tenías que ir ensamblando las piezas y si seguías un patrón indicado te recompensaban. Aunque se ve simplón lo pasé bomba con él. Lo malo es que a la larga se hace repetitivo.
Ni idea de este jueguillo. Me estáis descubriendo bastantes cosas curiosonas de las que no tenía ni idea.
Duda existencial, ¿tenéis botón de buscar? ¿O soy tan sumamente manco que no lo veo?
Gracias. Felaciones.
Vale cojones, ya lo he encontrado. Muchas gracias por vuestra ayuda.
Felaciones.
Tampoco era tan difícil, ¿no?
Felaciones para todos.
JAJAJAJAJA Me ha encantado la consola que has puesto. Brick Game: 9999 in 1, reza.
9999!!!!!!
Yo conocía la de 121 juegos. Yo tenía la de 99. Todas un timo, aunque realmente tenían una suerte de «juegos» que llenaban el cupo.
¿En serio?
¿Un post sobre juegos tipo Arkanoid y no se habla de esto?
Pinta ilustre. Y un tanto frustrante.
El dx-ball 2, para mi el «más mejor».
Yo con mi anterior movil pocket pc me enviciaba mucho a este, muchos juegos geniales los que han hecho estos rusos de Herocraft.
Recuerdo el bananoid por allá en 1992