El ansioso lector deseaba conocer una opinión contrastada para evitar el innecesario riesgo que supone adquirir un videojuego que no cumpliera con sus expectativas. Por eso, y como cada noche, se llevó su yogurt natural de postre al dormitorio para evitar silencios incómodos en el comedor y se sentó frente al ordenador para ver si en El Pixel Ilustre había un artículo nuevo. The Stanley Parable parecía ser el enésimo juego de moda, así que la lectura le venía como anillo al dedo para conocerlo un poco mejor ahora que estaba con el bolsillo débil en estas fechas tan señaladas. Por eso, decidió continuar leyendo el párrafo siguiente.
Ahí estaba el navegante, ansioso por conocer los entresijos del sesudo videojuego que volvería del revés sus principios más arraigados y le haría comprender los ángulos muertos de su psique que hasta ahora había obviado al considerar el ocio electrónico como algo vacuo y rígido. Al fin y al cabo, la prosa escrita y publicada en el ciberespacio es mucho más sostenible que la anodina opinión de uno. Sea como fuere, ¡brindemos por el libre albedrío, la libertad de expresión y las opiniones encontradas! No somos nadie para imponer juicios, máxime si existen otros lugares mucho más recios y precisos que el presente. No engañemos a nadie y demos alternativas para que todos descubran la información desde el punto de vista que considere oportuno. Para ello, no tienen más que acceder al siguiente enlace o hacer scroll para continuar desde aquí camino hacia una imprevisible conclusión.
Así, el lector continuó preguntándose si la profundidad de las palabras de este humilde aficionado serían suficiente aliciente para desembolsar la pequeña cuantía que piden por esta supuesta obra cumbre del (anti) videojuego sesudo y trascendental, del mismo modo que en muchas otras ocasiones se ha visto seducido por ingeniosas frases en las redes sociales de moda, donde se engrandecen las bondades de otros tantos productos a priori magnos. ¿Quién no consideraría a Papers, Please como la quintaesencia del gaming sociológico? ¿Acaso podría existir alguien capaz de pensar a contracorriente ante tantas evidencias que lo afirman? ¿Es usted uno de ellos? Decisiones, lector, siempre decisiones. Quizás sería un buen momento para recurrir a la fuente del problema en lugar de hurgar en la herida. Solo conociendo al enemigo se le puede vencer. Si lo desean, dejen este denso texto y accedan al ombligo de la cuestión, donde se le abrirá un mundo de posibilidades mucho más accesibles. O tal vez no.
Pero no se dio por vencido, y el vivaz visitante quiso alcanzar la luz al final del túnel esperando un verdadero motivo por el que The Stanley Parable merecía una oportunidad, viendo desgranadas punto por punto sus características, evaluando las horas de diversión que le podía conceder y destripando la trayectoria del medio en cuanto a la implementación de un meta-lenguaje que rompa paredes y estruja corazones. ¿No es esta demasiada expectativa para un producto menor comentado en un medio menor con la menor de las sutilezas a la hora de hacerlo? ¿No hay cosas mejores que hacer? Seguro que en el tiempo en que dura esta lectura unos cuantos miles de críos han nacido, han perecido otros cientos de desgraciados de hambre y alguna oferta de Steam se les puede haber escapado. Hagan mejor algo de provecho si quieren.
Desde luego, no se puede decir que no son testarudos. Seamos sinceros, a estas alturas no les voy a hablar del juego, ni siquiera les voy a dar razones para probarlo. No me siento capaz de llevarles por senderos que podrían no incumbirles. De hecho, ya he intentado que tomen otros caminos que finalmente han desechado. ¿Realmente merece la pena continuar? Subjetividades aparte, es evidente que si les estoy dedicando todo este tiempo es porque ansío que vivan la experiencia que plantea The Stanley Parable. No ya por hacerles descubrir algo que no conocen, ni por la terrible e impepinable verdad que alberga este no-juego, sino por esa inmunda sensación que impregna todo su planteamiento y que por el bien de todos, es preferible interiorizar.
Aún así, y haciendo una necesaria concesión, les doy la posibilidad de que elijan. No se informen ni dejen influenciar, simplemente elijan si quieren vivir la experiencia. O mejor aún, no lo hagan. Que en cada uno despierte el impulso que considere oportuno en base a lo que aquí he intentado no plasmar.
¿Meristation? ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Joder Rosso… vaya textaco. Pues viendo que está en castellano quizá honre tu prosa aceptado la recomendación, cuando acabe con todo lo que tengo acumulado, que no es poco.
Para mi hay una pregunta básica: ¿Es diferente del mod de Half Life 2 que ya te podias bajar en Desura y demás? Ese lo jugué hace tiempo ya.
El mod original tenía pocos «finales» o conclusiones en sí. The Stanley Parable tiene muchísimas ramificaciones que desembocan en todo tipo de escenas dependiendo de nuestras «decisiones». El mod daba para un ratito, el stand alone perfectamente permite rascarle más de un par de horas como poco. Todo entrecomillado, ya me entiende usted ;-)
¿Me atrevo a leer o hay foto-spoilers?
Impresionante articulo, el papel del narrador te quedo perfecto, llegue al final del articulo lo cual creo que significa que tome el mejor camino (Bien pude haber entrado a comprar algo a Steam en vez de llegar al final de este) lo releeré mas tarde y veré xD.
En mi opinión, el juego no falla en ninguno de los temas que quiere abarcar.
Me encanta el lienzo en blanco que es Stanley, digo esto ya que lo iremos descubriendo y moldeando nosotros dependiendo de por donde lo llevemos, puede ser malvado, odiar al narrador, muchas (desearia muchas mas) posibilidades.
Verlo cabrearse al narrador (las primeras veces) y como nos devuelven al mismo lugar en cada cada reinicio siempre te deja la sensacion de «A volver a empezar, la historia vuelve a ser un enigma, tengo el control sobre todo» cuando en realidad, el juego te hace aviso de que no es asi…nunca lo sera, y esa creo que es la gran moraleja detrás de todo esto ¿no?.
The Stanley Parable lo definiria como un juego gafapasta, no apto para todos los públicos.
Muy currado el artículo. En mi opinión, de los pocos juegos que juegan con el jugador. Enorme.
Ye le tenía muchas ganas a este juego y con este artículo me has acabado de convencer. ¡A la que acabe Papers Please y alguna otra cosilla que tengo pendiente voy a por él!
Pero entonces… ¿me lo pillo o no?
Está en mis deseados, así que terminará cayendo, pero últimamente me estoy obligando a reducir la ingente cantidad de juegos comprados que tengo por jugar.
Pero… ¿debería comprarlo o no?
Justo ese es el efecto que consigue el juego, y posiblemente, lo compres o no, seguirás teniendo esa duda. BUM.
Finalmente me lo he pillado y le he dado una hora exacta… y no se que decir.
He de reconocer que nunca he «jugado» a nada igual y que esta hora que he pasado con el del tirón se me ha pasado «volando» y no me ha dejado salir de mi asombro.
Si el juego consigue que me pegue 5 sesiones mas así… me parecerá un producto con un mérito tremendo.
En cualquier caso esta hora que me ha dado es de lo mas original que he probado.
A mi me ha resultado divertido y entretenido. ¿Que más quiero de un juego?
Las etiquetas son hamor.
Esto es lo más parecido a Portal que he jugado a nivel de BRILLANTEZ en el guión.
Me encanta. Y aún me queda descubrir un montón de finales!
Habéis probado sacar el logro de golpear 5 veces en la puerta 430? Brutal.
Que coincidencia que justo he empezado a «jugarlo» hoy. Está curioso, el narrador me recuerda a «The Cave», pero a las 3 ó 4 veces ya he pasado de seguir «jugando». Más para hablar de él que para usarlo, la verdad.
Esta muy bien el texto, pero se parece demasiado al analisis del juego que hicieron en jot down.
De haberlo leído seguramente hubiera sido una inspiración inconsciente para mi texto, pero no soy lector de la barroca Jot Down. Lo que está claro es que la mejor forma de acercarse al juego es con una lectura de este tipo. Sin ir más lejos, un compañero del medio también ha escrito algo muy parecido pero llevando la idea al extremo.
http://deusexmachina.es/Stanley_Parable.html