El juego que podría hacer que Lightning no volviese nunca

Análisis: Bravely Default

Escrito por en Análisis - 3 febrero, 2014

«¿Ves, cariño, como si quieres… puedes?» Así es como acaba el chiste del tío que entra a atracar un banco de semen y así es como acabas tras los créditos del final del juego. Square-Enix, con la ayuda de Silicon Studio, deja clarérrimo que los Fainals que llevan haciendo la última década son una mierda. Y lo son porque les sale de los cojones. Bravely Default, con sus muchísimas luces y sus numerables sombras, es el Final Fantasy que llevo esperando casi tanto tiempo como el que llevo esperando una novia. Sólo que pensé que, visto lo visto, la novia llegaría antes. Y no.

Este juego no es como la cerveza, empieza a enamorar desde el principio. La estética, que me recuerda un poco a Final Fantasy IX, se basa en unos personajes cabezones 3D sobre fondos planos que parecen dibujos. Y con la perspectiva tridimensional típica de la consola consiguen que te lloren los genitales. La banda sonora, de Revo, suena muy mucho a cierta saga que ya he nombrado un par de veces. Y oye, está y muy bien llevada pese a que he acabado de la música de las mazmorras hasta el ojete porque siempre es la misma, como la discografía de Jarabe de Palo. Para rematar tiene cuatro personajes  que molan, algunos más que otros, y que encima están ayudados por un trabajo de localización y traducción cojonudísimos. Hacía mucho tiempo que no le daba con tantas ganas a un botón que activa conversaciones opcionales.

concierto de su OST con Revo y Linked Horizon, los de las intros de Shingeki no Kyojin (Attack on Titan). Arriba el varios Battle Theme, abajo mis temas favoritos: los Final Bosses y un popurrí final. Porno auditivo extremo.

Bravely Default, posiblemente el juego con peor título y peores nombres de la historia, nos lleva a Luxendarc. Un mundo regido prácticamente por la ortodoxia del cristalismo. Una religión que es algo así como mi ortodoxia del JenniferLawrancismo pero rindiendo culto a cuatro cristales elementales que mantienen un equilibrio natural. Un día, de buenas a primeras, la oscuridad se apodera de los cristales, se desactivan y el mundo hace catacroquer cual domingo por la mañana tras una noche de Ron Almirante del Mercadona. El océano se pudre, la tierra crea más montañas, los volcanes no dejan de dar por culo y el viento desaparece. Una liada parda que los protas, cómo no, tendrán que solucionar.

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Los personajes se mueven mucho por parejitas. Junto a Tiz, que me parece el más soso, está la otra protagonista principal, Agnès (pronunciado Añés) Oblige, la vestal del viento. Rápido nos adaptaremos a su rollito raro-amoroso con Tiz e incluso nos reiremos con sus «Unacceptable!». Y luego están los otros dos… que son los que molan de verdad, Edea y especialmente Ringabel, que para mí es de lo mejor. El segundo ama a la primera y esta pasa de su culo. Principalmente porque él ama a todas las mujeres. Como yo. Las conversaciones, si prestas atención a lo que dicen en inglés pueden ser curiosas, pero al leer los subtítulos  traducidos te partes el ojete. Comentarios con doble sentido sexual que me recordaban a Fire Emblem y que me sorprenden en Nintendo otra vez, y traducciones como un «Oh, not again, Ringabel…» que pasan a ser «Y vuelta la burra al trigo…»

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Pero basta ya de tanta tontería, vamos a ir al grano: las peleas. Los turnos son pausados, como el raciocinio de Paquirrín. Es decir, puedes dedicarte todo el tiempo del mundo a diseñar tu estrategia que hasta que no hayas seleccionado las acciones de los cuatro personajes no empiezan a volar las hostias. Hasta aquí todo normal porque no he hablado de lo que le hace único. El Default y el Bravely. Cada personaje tiene PB (Puntos de Batalla) que son en los turnos que puede usar en ese turno. ¿EIN? Sí. A parte de los clásicos comandos de atacar, magias y demás hay dos comandos especiales. Default hace que tu personaje se cubra, reduzca daños y haga +1 a sus PB. Es decir, acumula un turno. Con Bravely puedes gastar turnos acumulados y/o futuros en tu turno actual.

Si gastas los acumulados, todo guay, todo güonderful, todo pelirroja. Pero como te de por gastar los futuros puedes estar más jodido que Charmander en el Aquópolis. Estarás tantos turnos sin poder realizar acción alguna como turnos hayas adelantado. Sistema que hará que cualquier pelea pueda suponerte un reto. Vivir al límite te puede llevar muy a la mierda. Incluso si invocas a un amigo que tengas en la 3DS con el juego para que haga su habilidad estrella. La mía, por cierto, es con Agnès y se basa en curar toda la vida, todos los PM y sumar dos PB a cada personaje… ahí lo dejo, para cuando estéis jodidos. A no ser que uses Bravely Second, un poder que para el combate en cualquier momento y hace un turno del personaje que elijas por delante de todos. Poder increíble que se obtiene con micropagos que nadie hace o dejando la consola en espera un rato. Nada. Ocho horas.

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Y como guinda del pastel tenemos el sistema de asteriscos u oficios que bien recuerda a Final Fantasy V. Algunos enemigos importantes del juego, al derrotarlos, nos darán una piedra que nos permitirá usar su trabajo. Mago Blanco o Negro, Templario, Cazador, Elvis Presley, Monje o Esgrimago son sólo unos pocos. Cada uno tiene sus pros y sus contras, sus habilidades activas cuando usas el trabajo y pasivas cuando no. Todo hecho para que combines trabajos y compatibilizarlos. De hecho, combinar sabiamente puede llevarte a la gloria. Los curros irán por niveles y aunque tengas nivel 99 de personaje, si te pones con un oficio de nivel 1 serás cáncer de SIDA. Así que conseguir dos trabajos nuevos y cambiar a todo el equipo porque mola puede llevarte a que te mate un combate aleatorio de mierda en el momento más inoportuno. Como cuando alguien quiere entrar a un WC público mientras tu estás dentro defecando y sin pestillo.

Además de todo esto, que no es poco, tenemos la Reconstrucción de Norende. Norende es el pueblo de Tiz, que en la intro se destroza y tu labor es reconstruirlo a base de tiempo real. En cualquier momento del juego puedes hacer de Paco el Pocero pero a lo BIEN y mandar a reconstruir edificios usando a gente con la que te cruces por StreetPass, amigos o usuarios que añades de Internet aleatoriamente si lo solicitas (una vez al día). Cuanta más gente colabore antes se monta. Tiendas de armas, de accesorios, de especiales… Dejar la consola en Espera también vale. Por la noche ponía a reconstruir la rehostia de cosas con plazos de 8 horas. Me despertaba y ¡tachán! Además hay jefazos que atacan el pueblo. Son enviados por otros usuarios y son un reto interesante. Cargarme al de Nivel 99 me hizo sangrar por el ojete y eso que tengo una estrategia muy hija de puta.

facebook-defaultEl futuro. Y lo sabes.

Y ahora llegan las malas noticias. He dicho que Bravely Default tiene muchísimas luces pero, por desgracia, tiene sombras. No tantas como Grey pero las tiene (Badum tss!) Las resonancias. Da igual, no vas a entender esto último hasta que llegues a cierto punto de la historia. La trama va en ascenso brutal las primeras 30-40 horas, que seguramente es donde esté la mayoría de gente que esté leyendo esto. Pero de pronto mi interés empezó a decaer lentamente hasta hundirse cual Di Caprio en el Océano Atlántico. No te asustes, sólo es un drama si quieres completar todo lo opcional. Cosa que, pese a todo, te recomiendo porque una vez completado el juego lo ves lógico y necesario. Lo bueno es que la recta final es apoteósica. Sólo por ver las últimas peleas o un detallito cojonudo en la pantalla de carga a partir del Capítulo 7, merecieron la pena ese bache argumental tedioso. Al cabo de unos días ni te acuerdas de lo mucho que odiaste las 20 horas anteriores.

BD1#PeroQuéMeEstásContainer: El temporal bajón argumental y las resonancias se llevaron tantas críticas en Japón que la versión original subtitulada Flying Fairy fué sustituida por For the sequel, version que llegó aquí. El principal cambio es que puedes dar por finalizado el juego en cualquier momento a partir del Capítulo 5 realizando una acción que te chafa la sorpresa final, te deja sin final boss y que te suelta un bad ending. Todo para ahorrarte unas 30 horas de juego. True story.BD2

Así, pues, Bravely Default parece un Final Fantasy, se ve como un Final Fantasy, se juega como un Final Fantasy, huele como un Final Fantasy, sabe a Final Fantasy, folla como un Final Fantasy pero no es un Final Fantasy. Sucesor espiritual y todo lo que tu quieras de Four Warriors of Light de NDS, no tiene nada que ver con la famosérrima saga de Square-Enix. Y yo que me alegro. Espero que la aceptación que tiene este juego sea tan gorda que haga replantear muchas de las cosas que se están haciendo en Square-Enix. Bravely Default quizás no es un juego que marque una época, si no un juego que vuelva a traer la que tiempo atrás nos tenía penerectos. De 2013 ha sido de lo bueno lo mejor, y de lo mejor… lo superior aunque llegase a última hora. Yo le doy un nueve, que si no fuese por ese bajón que me dió le clavaba el diez. Lo pongo así para que no bajéis rápido a ver la nota y os leáis esto. Soy muy puto, lo sé. Por cierto, he tardado en analizarlo porque quise exprimirlo al máximo y bien que se lo ha merecido.

BDEternia

Serena

Portal: Más allá de las paredes