Creo que, como muchos otros amantes de los videojuegos*, a veces siento la responsabilidad de hacer de profeta del medio. Y, seguro que también como muchos de vosotros, tengo un importante número de amigos con los que puedo discutir sin problemas sobre cine o literatura, pero cuya relación con los videojuegos rara vez pasará de dar a «Me gusta» en un tráiler que haya compartido en Facebook. Por eso, no sería extraño que, como yo, hayáis intentando, presos por un deseo incontenible e irracional, hacer que una de esas personas (que, por desgracia y por temas sociales de los que seguro que Afilamazas hablaría muy bien, son con frecuencia mujeres) se sienten delante de la televisión y se asomen a ese mundo en el que tú te dejas horas y horas.
– Es el tercer juego de esta desarrolladora, le dices. Los tres tienen algo especial.
– ¿Y por qué éste es tan bueno?
– Es difícil de explicar. Tiene tantas virtudes… se podría alabar por aspectos muy distintos. A mí me interesan dos cosas. Por un lado, la preocupación y el cuidado por lo matérico para explotar las posibilidades sensoriales de los juegos: la manera en que te hundes con la arena, cómo te zarandea el viento… Y luego está el uso de mecánicas conocidas de un modo que parece darle un nuevo significado. Bueno, y la banda sono…
– Vale, vale, suena bien. Lo pruebo.
– Bien. Pero no vale jugar dos minutos y dejarlo. Es un juego muy corto, te guardas un rato y lo juegas de un tirón.
Dos días más tarde:
– Toma el mando, lo he estado cargando antes.
– Muy bien, dale.
[Breve intro]
– ¿Quién soy yo?
– Pues…
– Ah, ah. Vale. Oye, ¿cómo me muevo? Ah, ah. Vale. ¿Cómo hago para mirar allí? Uy, qué difícil es andar recto. Ja,ja. ¿A dónde tengo que ir?
Y, tras el primer pequeño puzle de saltos, le dices que por favor pare, horrorizado por las atrocidades que se pueden cometer con un mando.
He buscado «ugly game controllers» en Google
Cada vez hay más juegos que ofrecen experiencias inteligentes y sutiles y que, en ocasiones, están pensados para un público más amplio que el clásico estereotipado de amantes de los videojuegos (lo dicho). Sin embargo, aunque considero que hay algo de universal en toda creación cultural de calidad, difícilmente éstas tienen sentido en sí mismas, sino que han de ser entendidas en el contexto de su propio medio. No puedes poner El Ángel Exterminador a alguien que sólo ha visto dos películas en su vida.
De ahí la frustración al comprender que Journey es una maravilla que difícilmente puede ser apreciada sin haber jugado mucho antes. El disfrute de un videojuego implica que el usuario haya asimilado previamente una enorme cantidad de símbolos, mecánicas y usos. La jugabilidad es siempre una interacción metafórica basada en barras de colores, perspectivas y sistemas mucho menos evidentes de lo que pueda parecer. «No, a ver, eso es sólo decorado. Eso otro sí que es interactivo» sería un ejemplo de señales que hemos interiorizado sin darnos cuenta. Y eso sin ni siquiera mencionar las exigencias psicomotrices…**
Esa enredadera es claramente para trepar y esa otra es claramente un adorno. Ya…
¿Quiero decir que hay que ser un erudito para disfrutar de cualquier juego? No, evidentemente. Pero como hace mucho que sucede en literatura o cine, el usuario de videojuegos necesita ser parte de ese aprendizaje impreciso e incompleto que se inicia casi antes de saber hablar. Esa nube de narrativas y experiencias audiovisuales en la que vivimos y que forja nuestra relación con las producciones culturales. Sin ni siquiera saber su nombre, los lectores y espectadores están acostumbrados a lidiar con planos subjetivos y picados o a que la narración se inicie con un flashback.
Grano a grano, el receptor comprende los recursos de los que dispone cada medio y cómo estos se pueden aplicar y combinar con más o menos acierto. Si todo va bien, cuando madure, su mente le reclamará cada vez más complejidad. Sólo a través de cosas como Pocoyó y Hora de aventuras se puede llegar a Buñuel (para acabar volviendo a Hora de aventuras).
Un chien andalou
Más tarde o más temprano, el jugador tiene que aprender a leer. Y sólo lo conseguirá jugando un juego tras otro. Estas primeras experiencias le darán la soltura necesaria para ser un usuario plenamente capacitado y formarán, además, un fondo enciclopédico en su recuerdo que le permitirá juzgar cada título nuevo a la luz de lo que ya conoce.
Un creador se sirve del universo compartido entre él y el receptor para conseguir reinventar, perfeccionar u homenajear lo que ya ha visto. Seguramente, lo que ya ha visto era en sí una reinvención; pero eso no importa, así se transmite la cultura, lo crucial es formar parte de esa cadena. Por eso, cada Wii U y 3DS que sus majestades tengan a bien regalar a los niños (y a las niñas, por favor) dentro de unos meses, y cada padre o madre que trate a los juegos de manera no estigmatizada, a la altura de los libros de cuentos o los dibujos animados, estarán formando a una generación que será tan buena espectadora de cine y lectora de literatura como jugadora de videojuegos***.
* Mirad lo que me hacéis decir por evitar la palabra maldita.
** Mis experimentos con cobayas muestran que el teclado + ratón es más intuitivo que el mando.
*** Seguro que el niño de «nintendo sixty foooour» acabaría años más tarde exclamando, mientras sujetaba su monóculo de pasta, «oh, Papers, please.»
La imagen de cabecera se la debemos todos a Ballesteros. Sin él, nada de esto habría sido posible.
No podría estar más de acuerdo. Este blog se sigue reafirmando como un oasis en el mundo videojueguil. En parte me alegra. En parte me entristece. Un saludo.
El otro día escribí sobre como Nintendo había acercado los videojuegos a muchas mujeres adultas, que tradicionalmente es el nicho más jodido de todos, gracias a NDS y los juegos del sello Touch Generation. Los motivos de este acercamiento se pueden extraer de tus conclusiones de este artículo también.
En cualquier caso antes de NDS era más fácil ver a un unicornio que a una venteañera jugando en el metro a la consola. Ahora es común verlas jugar a juegos de teléfonos móviles, los paralelismos están ahí.
No creas, el público mayoritario de juegos indie de PC de hace 10-15 años era el de mujer adulta, los PopCap y compañía con sus match3 y demás se forraban con ese perfil de cliente, juegos casuales a 20€.
Y antes de NDS, ¿veías muchos venteañeros jugando en el metro a la Game Boy?
Me siento afortunado. Le regalé a mi novia el famoso humble bundle ¿5? el de Limbo, Braid, Bastion y demás y le metió 40 minutos a Limbo y para de contar. Le regalé un pack con Portal 1 y 2 y tiene ¡1 horaza! al primer portal. Contento por ello, le regalé Vampire the masquerade (es muy fan del juego de rol y me ha dado la brasa con el años) y… nah, ese ni lo instaló.
Este es un tema recurrente sobre el que hablo con mis colegas, ya que yo también intento que jueguen a algunas cosas porque considero que es una pena perderse la época que hemos tenido en estos últimos años en los videojuegos, con algunos experimentos muy interesantes a nivel cultural y algunas obras que merecen ser disfrutadas por todo el mundo.
Es cierto que jugar es complicado, porque tiene mil trabas (el control, las múltiples plataformas y el tiempo invertido sobre todo), así que intento seleccionar juegos que sean más sencillos de jugar y a la vez disfrutables a varios niveles para que se piquen y empiecen a probar cosas. Pero no es cosa fácil. Por eso hay que poner en valor los juegos «casual» que buscan justamente esto. ¿Cuantas personas habrán descubierto los videojuegos a partir de un Wii Sports o similares?
No lo niego, pero también hay cosas muy accesibles «para todos» y que sin embargo las tenemos en un altar. Hablo de dos casos concretos: Braid y Portal, puse ambos juegos a un par de colegas que no habían tocado un mando desde tiempos de NES y tenías que verles las caritas de sorpresa y de «DE DÓNDE COJONES HA SALIDO ESTO».
Hay esperanza tras Candy Crush.
Justo esos dos son grandes ejemplos. Sobre todo Braid lo uso mucho porque su mecánica es la que todo el mundo espera de un videojuego (plataformas) y luego te va llevando hacia otra cosa. Otros que están de puta madre para llevar a gente a jugar otra vez son los de Telltale (The Walking Dead y The Wolf Among us). Pero siempre depende de lo que me mole a la persona que quieres que juegue.
Yo me he visto muy frustrado con lo que considero lo mismo que lo descrito en este artículo llevado un nivel más allá: gente con muchos juegos a la espalda y mecánicas muy interiorizadas, a los que les pones el Dark Souls (o Demon’s Souls, o Dark Souls 2) por delante y se frustran nada más empezar por no entender que no se juega igual que al GTA o al Gears of War, que aquí el ensayo y error funciona de otra manera, que la recompensa viene al ir con cuidado, y que al final el juego es mucho más (pero mucho mucho más) Journey que Vanquish.
Me sentí muy triste leyendo aquí el artículo sobre el Dark Souls que recomendaba coger un espadote nada más empezar que te jodía medio juego, que se convierte en un paseo.
Me he hecho los 3 de la saga, sin guías, sin ayudas y sin darles más vueltas después de pasármelos, y no los considero difíciles ni exigentes, sólo «hay que saber jugarlos»…
Honestamente, Dark Souls no es ni tan dificil ni tiene una dificultad especial. Diría que si no fuera por las muertes tontas ni siquiera mueres más que en cualquier juego de dificultad normal (o sea, excluyamos AC y similares).
Lo que pasa es que Dark Souls es un juego donde tienes que ir despacito por como está planteado y cada vez que te matan un bicho gordo tienes que recorrer un buen tramo despacito. Y el mejor ejemplo lo tienes al principio, con el minotauro, donde debido al escenario estrecho o caes en el truco de la almena o tienes que aprenderte (a base de morir 3 o 4 veces) bien sus movimientos para saber cuando y hacia adonde esquivar su ataque en una zona tan estrecha. Lo que pasa es que para cada intento tienes que matar despacito a 17 enemigos.
Pero no recuerdo que ningún jefe me matara más veces que por ejemplo el sapo del DMC4 con Nero, y pongo este ejemplo por que precisamente el DMC4 fue acusado de casualizarse y fácil (y lo era ) pero claro, en el 4 tenía s un checkpoint antes de su enfrentamiento y enfrentarte 5 o 6 veces con él a lo mejor era media hora. En Dark Souls cada enfrentmaiento contra el minotauro era 15 minutos para llegar.
¡Excelente artículo! a veces olvidamos todo el aprendizaje que uno lleva encima y que se activa cada vez que nos ponemos a jugar. Cuando jugué los Batman Arkham pensé enseguida en recomendarlos a uno de mis hermanos, que adora ese mundillo gothamita, pero luego caí en todo lo que debería aprender primero a manejar para poder disfrutarlo de verdad.
Sobre Dark Souls diré que ya no es una cuestión de aprendizaje, siguiendo el ejemplo del texto diré que puedes ser un buen cinéfilo pero no aguantar una película entera de Buñuel, Lynch o similares por el simple hecho de no comulgar con ese estilo de cine. Presumir de haber visto «Inland Empire» o acabar «Dark Souls» como si no requirieran un esfuerzo que no todo el mundo tiene porque hacer ( es un hobby al fin y al cabo) me parece que es algo contrario a lo que dice el texto, además muchas veces parece que el disfrute de hacerlo viene más de poder decir «yo lo he hecho porque soy mejor que tú» que de la experiencia en sí.
Como decía en el otro comentario, me he pasado los tres juegos de la saga del Dark Souls, y considero que presumir de eso es una estupidez precisamente porque no supone ningún logro. Yo lo menciono para dejar claro que sé qué es Dark Souls cuando pretendo explicarlo un poco, no para dármelas de nada. No soy ninguna persona especialmente habilidosa y me los he hecho sin mirar ninguna guía ni escuchar ningún consejo, ninguno es especialmente difícil.
Los he jugado porque cada rato con ellos me suponía una de las mejores experiencias con un videojuego que he tenido, con un nivel de inmersión que no me ha dado ningún otro. Te puedo asegurar que ni se me ha pasado por la cabeza el «yo lo he hecho y soy mejor que alguien».
Comentaba esto precisamente porque el no saber cómo funciona el juego lleva a prejuicios sobre el juego como los que dices, que poco o nada tienen que ver con él. La gente lo coge pensando en un God of War en modo ultradifícil, y es que si lo planteas así, es normal que el juego sea difícil, e intragable.
Para mí es el prototipo de juego que «hay que saber jugarlo», y esto, en este juego, supone entender que el juego se basa más en la exploración y en la inmersión del jugador que en esa supuesta dificultad que se limita a castigar el exceso de machacabotones.
Un compañero del trabajo se tiró 3 años diciéndome que pasaba de estos juegos porque pasaba de la dificultad, del esfuerzo y demás, que él quería jugar para pasárselo bien, no para pasarlo mal. Por más que lo intenté no había manera de explicarle el tema. Al final ha cogido el Dark Souls casi de casualidad y se ha tenido que tragar todo lo que dijo y reconocerme lo mal que había entendido de qué iba el juego. (Ya se lo ha pasado y tiene apuntado el 2 para las rebajas de Steam)
Lamento si te he ofendido pero mucha gente suele usar a Dark Souls para medirse la chorra. Yo he jugado mucho al segundo y ,como bien dices, el nivel de inmersión es de lo mejor que he podido vivir en un juego. Pero no estoy de acuerdo en que no es difícil, que requiera unas grandes dosis de paciencia y memorizar cada paso que has dado para no repetir los errores cometidos es un esfuerzo y más con el nivel al que estamos acostumbrados en la mayoria de producciones.
Yo siempre comparo este mundillo con el cine y aquí el caso que se me viene a la mente es ver «El Acorazado Potemkin», dura 70 minutos pero si las ves se te harán 700 simplemente porque las reglas que manejamos actualmente al ver una película son muy diferentes, cambiar esas reglas requiere un esfuerzo consciente y por tanto eso ya entraña una dificultad.
Toda la razón del mundo en el artículo. No habrá habido veces que le recomiendas un juego a alguien y lo deja porque «no sabe que hacer» cuando no hace falta más que saltar algo o darle a alguna palanquita. Por eso hay juegos más accesibles para usuarios totalmente nuevos que otros.
Los mejores ejemplos son el braid o el portal, pero uno que sí o sí funciona siempre es el rythm paradise. Anda que no habrá jugado horas y horas mi madre a éste! Y sin ningún tipo de indicación por mi parte.
Esa sensación incomparable de que tu novia por fin acceda a probar Mass Effect después de meses hablándole de él, pero cuando toma el mando recuerdas que no todo el mundo nace sabiendo que hay que usar los dos joysticks para moverse y mirar al mismo tiempo.
Mi novia por ejemplo se hacía (y sigue haciendo) el Duck Tales, el Super Mario, el Faxanadu y, ojo, el Zelda 2 con una mano atada a la espalda.
Luego le pongo el Portal o, más recientemente, The Vanishing of Ethan Carter y me dan ganas de volarme la tapa de los sesos. El concepto cámara no existe para ella. Y de mecánicas ni hablamos.
Es impresionante que con esa habilidad, le resulte tan difícil adaptarse a éstos controles más ‘modernos’, simplemente por saltarse una generación de consolas.
A ver si se deja enseñar, que ésta es capaz de hacerse los Souls con los pies.
PD: acabo de caer que no le he puesto aún el Super Meat Boy, con suerte me lo pasa.
Como muchos compañeros han comentado ya, yo también tengo el ejemplo de mi novia. Ella nunca ha sido de jugar a nada más complejo que un Singstar, y yo hace un par de años que vengo metiéndola en el mundillo. Mi conclusión me lleva casi a la vergüenza, porque por momentos es más habilidosa e inteligente que yo, solo la separa de mi que yo me hago a los controles y las mecánicas en 10 minutos de juego, y ella necesita horas. En concreto me hace mucha gracia que está acostumbrada a que pulsando «A» y «D» el personaje se gire (como hacen sus 3 personajes de nivel 80 de Guild Wars 2…), y cuando la pongo a jugar a Portal se lía porque con esas teclas te mueves hacia los lados, pero no te giras.
Otro ejemplo fascinante que sufro en mi casa es mi padre, pero a él aún le pasa con las películas. Ni siquiera le tienes que poner Mementto para que se líe, con un pequeño flashback, un personaje que resucite, o un par de cambios de escena rápidos, ya es suficiente para que no entienda nada de lo que pasa en la película. Leyendo el artículo pensaba en esto que comento todo el tiempo, porque es el ejemplo de alguien que no se ha acostumbrado a las «mecánicas» o los «recursos» ya no de los videojuegos, si no del cine.
Un artículo con mucha razón y muy interesante, sí. Es una pena que esas novias y esos colegas se queden sin disfrutar juegazos por no «saber jugar».
Me parece muy interesante lo que dices de tu padre. Lo tenemos tan metido que acabamos olvidando que la ficción, sea del tipo que sea, es artificial. Y que para disfrutarla es necesario conocer una serie de reglas que hemos aprendido casi sin darnos cuenta durante nuestra educación.
Lo que está claro es que a un bebé hay que darle un buen biberón y el Sonic 1 para que sepan que es esto de los videojuegos. Al menos para que salga seguero frustrado, lo cuál le hará prepararse para las situaciones que le llegarán en el futuro.
¿Es importante el aprendizaje en los videojuegos? Sí. ¿Es fundamental? No. A mi nadie me vino y me dijo «esto se juega así, asá». El hecho de aprender como funciona el mundo del videojuego por uno mismo es una de las experiencias más enriquecedoras que hay. Y los títulos te marcan por ello. Quizás hay que tomarlo todo en la época líquida en la que vivimos ahora en la cuál la gente quiere el «aquí y ahora» mientras que yo me crié con un juego cada muchos meses y tenía que exprimir el que ya tenía. Así te «autofuerzas» a aprender las mecánicas de cada título.
Si bien, es cierto aquello que personas que siempre han estado alejadas de los videojuegos se pueden sentir un tanto ofuscadas ante propuestas «más innovadoras». Pero también es cierto que estamos en una época audiovisual donde todos nacemos ya bajo el brazo con los conceptos de narrativa y, por ende, es mucho más sencillo para cualquier persona saber como avanza una historia, ya sea en un medio interactivo o no.
La cuestión es darle el mando a alguien y que disfrute. Poco a poco irá adaptándose a él.
Yo no digo que nadie te tenga que enseñar, en el 99% de los casos se aprende por uno mismo; lo que sucede es que mucha gente no tiene acceso a ello. Ya sea porque no hay nada con que jugar en casa o porque la sociedad, de algún modo, le ha hecho pensar desde siempre «esto no es para mí». Y esta gente llega con muchos conceptos sobre narrativa, como dices, pero muy pocos sobre videojuegos. ¿Cuántas películas ha visto cualquier persona que se considera que ve poco cine? O series, dramatizaciones, … lo que sea. El que menos ha visto, conoce muchísima ficción audiovisual. Pero hay mucha gente (muchas mujeres) que no ha terminado un juego en su vida. Y para ellos no son un reto las propuestas más innovadoras, es un reto cualquier cosa.
El disfrute, muchas veces, no es tan evidente y, por desgracia, no basta con darle el mando a alguien y dejar que suceda la magia (creo que en esto están de acuerdo todos los que han comentado las experiencias con su pareja). Los videojuegos no piden ser observados, con su diseño, te invitan a dominarlos y mucha gente no tiene las lógicas necesarias para conseguirlo (o para disfrutar en el intento) interiorizadas.
Pues no se si solo me pasa a mi, pero los videojuegos me han hecho valorar cosas como la inmersión, coherencia narrativa, tiempo de respuestas, la robustez de un gameplay y sus variantes… Es cierto que uno se va creando su propia «biblioteca mental» de experiencias en los videojuegos para tener un marco de referencia en el cual sustentarse ante determinado reto en un juego, pero nada me preparo para el patio del castillo de Peach en SM64, ni para los primeros ejercicios con la pistola de portales en Portal, por nombrar algunos… lo lindo de esto es que quizás alguien que nunca había tomado un mando en su vida estaría igual de sorprendido que yo en esos momentos puntuales… tengo muchos amigos y amigas que no les gusta la acción física de jugar a un videojuego porque lo ven como algo demandante, pero disfrutan mucho proponiendo respuestas a las problemáticas que se presentan mientras yo juego, incluso a veces con una lógica de lo obvio que me dejan avergonzado… XD
Entre yo y un colega montamos lo que segun nuestros conocidos es «una locura» y «algo sin sentido»: una «academia» de videojuegos. Desde ser el primero que enganchas hasta a un jugador algo avanzado ponerlo al dia de tecnicas ya de pro-gaming o e-sports.
No, no tenemos ningun alumno….. basicamente porque el circulo en el que mas o menos publicitamos son ya jugadores y no hay narices a que le llame la atencion a otros. En cuanto a ejemplos personales, destacar que cuando lo cite en «mesa redonda» con amigos, la novia de uno se intereso por el tema cuando todos no pararon de escoñarse de la movida. Luego, hablando con ella, al final va a ser que precisamente por ponerse, por insistencia del conyuge, a un videojuego recomendado por el, acabo totalmente asqueada del tema por el simple hecho de «no pillar como se controlaba o de que iba».
A nosotros nos parece muy simple la mayoria de cosas, pero el simple hecho de moverse en un plano 3D es muy dificil. Actualmente enseño informatica a alumnas (mayoria mujeres) de una media de…. 55 años de edad, y no sabeis el caos que puede ser poner una tilde o que aparezca una ventana tan solo inicar el ordenador. Olvidamos que alguien nos enseño la-le-li-lo-lu antes de que leyesemos «hola».