Hablar o escribir sobre REZ sean probablemente de las cosas más injustas que puedas hacer con un videojuego como este. Más que nada porque el recitar el cúmulo de sonidos, imágenes y sensaciones que lo conforman siempre se va a quedar corto con respecto al hecho de poder ponerte a sus mandos y catarlo como es debido.
REZ nace de las entrañas de Tetsuya Mizuguchi y de United Game Artists, estudio interno seguero de principios de milenio al que en su corta existencia le fue bastante el tema musical, de hecho, sus otros grandes títulos para la 128 bits de SEGA fueron los Space Channel 5, en los que luchábamos con Ulala a base de taconazos y coreografías contra una serie de alienígenas. Además, cabe decir que tiempo atrás varios de sus integrantes trabajaron en los Panzer Dragoon, tremendos shooters de Sega Saturn en los que íbamos a lomos de un dragonazo y que supusieron el germen de lo que posteriormente pudimos ver en REZ. Este último se desarrolla en un entorno de ciencia ficción que bien podría haberlo firmado Disney para su largometraje Tron y donde nosotros, encarnados en un avatar humanoide debemos despertar de su letargo a Eden. Esta es la inteligencia artificial controladora de una red similar a Internet que ha adquirido conciencia propia, viéndose abrumada por la cantidad de datos que ha ganado a lo largo del tiempo y decidiendo posteriormente y de manera autónoma su apagado.
En este contexto, REZ toma una mecánica esencial de Panzer Dragoon, donde podíamos seleccionar a varios enemigos en pantalla antes de soltar una ráfaga que acabase con todos de una tacada. Aquí el equipo de Mizuguchi añade su toque particular, ya que no se trata únicamente de eliminar objetivo sin ton ni son, al menos si queremos hacerlo bonito, porque la música en el juego de UGA juega un factor fundamental que tiene por objetivo la fusión perfecta entre sonido y parte lúdica. Que quede bien claro que este título puede ser finalizado sin prestar atención a su banda sonora, pero eso supondría un sacrilegio de proporciones acojonantes. Y es que cada vez que matemos a quienes se van interponiendo en nuestro camino se escucharán beats que complementarán a las pistas electrónicas que van sonando en un jolgorio discotequero de la leche. Jugar a REZ bien es como conseguir una buena puntuación en Ikaruga tras haber practicado horas antes de realizar chorrocientas chains seguidas, y al nivel de satisfacción que podamos obtener se le suma el premio de escuchar una melodía bien llevada a cabo en una experiencia sinestésica como pocas en nuestro ámbito.
Lo cierto es que todo podría quedarse en este punto y sería prácticamente perfecto, pero Mizuguchi quiso dar un paso más para redondear el conjunto. El apartado visual de REZ es de esos eternamente jóvenes en un medio donde el paso del tiempo no acaba sentando igual de bien a todos. Así, muestra luces combinadas con líneas de cientos de colores que se mueven ante nuestros ojos como ondas que bailan al son de nuestra melodía, esa que tiene toda la pinta de estar mostrándose en todo su esplendor después de un buen par de pastillacas en medio de una rave, de una discoteca que nos está destrozando las piernas a base de música electrónica hasta arriba de volumen. Incluso sus enemigos, los elementos menos “planos” de todo el decorado, siguen luciendo bien, especialmente si hablamos de sus jefes finales: bichacos variados y con diferentes transformaciones aparejadas a patrones de ataque que no harán otra cosa que redondear el conjunto.
Algo tendrá cuando tras su salida en Dreamcast posteriormente ha sido reeditado un par de veces. Como muchos títulos de la 128 bits de SEGA obtuvo su versión para PlayStation 2, pero más recientemente incluso ha recibido un pequeño lavado de cara antes de dar con sus huesos en XBOX 360 tanto como refrito como germen de Child of Eden, segunda parte no tan encubierta. Y es que REZ puede ser muchas cosas: un juego corto pero a la vez enormemente satisfactorio, como un polvazo guarro sin tiempo para más, una banda sonora electrónica maravillosa o un pequeño homenaje a Vasili Kandinski, tal y como reza en los créditos. Yo qué sé, hacía años que no lo tocaba pero cuando lo he retomado he disfrutado como el primer día, porque REZ puede ser muchas cosas, pero sobre todo es putamente imperecedero.
Los que sepáis de donde viene mi nick probablemente sabréis por donde van a ir mis tiros, porque cuando un colega me enseñó por primera vez este juegaco me quedé, literalmente, con la boca abierta.
El ciberespacio según San William Gibson.
No sé si os ha pasado alguna vez, pero descubrir en Rez, tras leer Neuromante, una representación TAL CUAL Gibson describía el mundo del ciberespacio, me dejó completamente tocado. Ver lo que habías imaginado por un libro, además un concepto tan abstracto y «raro» como ese, plasmado tan bien en un juego resultó completamente impactante. «Es que es lo que decía el tío este en el libro».
Luego está que el juego, como tal, es rock solid (Salvo algunos problemillas a la hora de apuntar, que bueno, dejémoslo ahí)y divertido como pocos, sobre todo con una mecánica tan simple como la de un rail shooter de toda la vida, y tan bien utilizada. Por cierto que también uno de los mejores usos de la vibración del mando que he visto en mi vida, como vibra al son de la música y de tus disparos. Que gozada.
¿Y qué me decís del trance vibrator de PS2…?
¿Para cuando lanzamiento de la HD en Gog/Steam?
Ya solo por tu comentario me ha valido la pena escribir esto.
Gracias Neurus, de veras :).
Nada, chato, ya te he dicho en tuitol.
¡Una gozada ver que volvéis a publicar cosillas por aquí, por cierto!
Si este juego hubiera nacido en el boom de Los Indies™ y en la plataforma de Los Valves™…
Como siempre un placer leer al señor Gamboi™.
Ojalá salga en Steam algún día. Creo que este e Ikaruga (que tarde o temprano acabará cayendo) son de los pocos refritos antiguos que acabaría comprándome en plataformas nuevas.
Los ojos fijados en la pantalla, el volumen bien fuerte, la vibración imparable y rítmica en tus manos: Eres uno con la música.
Trance y Sinestesia.
Creo que he escrito tantas loas a Rez que ya no tengo nada más que añadir. No es ninguna sorpresa que este siga siendo uno de mis juegos favoritos.
Mizuguchi quería sinestesia a tope y lo consiguió con este juego.
Mizuguchi, Retrospect, tú, yo, una rave, el Viña, piénsalo.
Compro. He dicho que no iba más pero si fuerais, iba seguro xD