No sé en el cine, pero cómo nos gusta lo post-apocalítico en los videojuegos. Los hay con zombies, en grandes páramos, con extraterrestres, con zombies,… El que ofrece Submerged es un post-acpocalipsis muy íntimo, se podría decir que modesto, por su tamaño y pretensiones; pero sugerente y con una gran sensación de presencia si nos dejamos llevar por el ronroneo del motor de la lancha y el salpicar del agua a nuestro alrededor.
Miku y su hermano llegan a las ruinas de una antigua ciudad ahora completamente inundada. Desconocemos de dónde provienen y si han llegado aquí por algún motivo. Aunque pronto sabremos que el hermano está herido y será tarea de Miku conseguir todo lo necesario para intentar que sobreviva.
Por la gama de colores de la que se sirve y por la manera en que la vegetación cubre los restos de una antigua civilización, Submerged recuerda mucho a Enslaved. Pero se trata de una simple coincidencia estética.El que nos ocupa es un juego nacido de una tendencia muy clara en los últimos años, libre de combates, sin ni siquiera puzles que resolver y en el que el atractivo reside en la exploración de un mundo mientras se desgrana su historia. Sí, es uno de esos títulos ante los que muchos gritarán enfurecidos “¡esto no es un juego!”
Aun así, Submerged no está totalmente desprovisto de mecánicas, no es un simple simulador de paseos. Para conseguir aquello que necesita nuestro hermano, deberemos navegar por las calles de la ciudad y, con la ayuda de nuestro catalejo, detectar los víveres, medicamentos, etc. Estos siempre se encontrarán en la cima de los colosos que hemos de escalar: antiguos edificios de apartamentos, hospitales, oficinas y demás moles de hormigón que destilan cierta zafiedad y a los que el agua y la vegetación que cubren este mundo posterior a la catástrofe parece haberles conferido una uniformidad y elegancia impropias.
La escalada es, por tanto, junto con la navegación, la mecánica principal del juego. Pero que nadie espere retos, para movernos por los salientes de los edificios, sólo necesitamos un stick analógico, ni un botón más. El mayor desafío, si se puede llamar así, es prestar atención a los distintos caminos que ofrece cada ascenso. Esos distintos caminos, si se exploran debidamente, nos permitirán obtener páginas de la historia de la catástrofe que llevó al mundo a su situación actual y no sólo el objeto principal de la misión.
¿Cuál es el atractivo de un juego en el que se nos conceden tan pocas competencias? Pues, como sucede en otros títulos tanto o más limitados en cuanto a atribuciones jugables (Dear Esther, Proteus, Gone Home,…), se trata de algo muy subjetivo. La simpatía que despierten los protagonistas, el interés que te ofrezca este tipo de ambientación o la estética pueden variar enormemente la experiencia del jugador. La prensa especializada parece estar llevando el asunto muy mal y, poco acostumbrados a las sutilezas, abordan el tema como niños enrabietados.
En mi opinión, el valor estético de Submerged (no hablo de la calidad de las texturas) y el modo inteligente en que nos sabe presentar un cuadro reducido e intimista en un contexto mucho más amplio y trágico, merecen, sin duda, una oportunidad. Las mecánicas, aunque sencillas para los retos a los que están acostumbrados la mayoría de jugadores, refuerzan la sensación de presencia, le otorgan un significado a lo que nos rodea y nos hacen partícipes de la epopeya de Miku. A todo ello hay que añadir un diseño memorable de personajes, un gusto notable por la narración visual y la utilización de un relato circular que le concede al juego un apropiado tono de cuento o pequeña leyenda.
Más que errores, el juego tiene pequeñas decisiones dudosas en su diseño que no queremos dejar de nombrar a pesar de que la experiencia general sea más que satisfactoria. Como ya hemos dicho, hay partes de la historia repartidas por todo el juego que podremos obtener y que consiguen despertar nuestro interés por la totalidad del mapa y no sólo por aquello que nos lleva al objetivo final. Sin embargo, también podremos ir recogiendo piezas que prolongarán el tiempo de aceleración de nuestra lancha. Esta jueguización (permitidme la palabra) no encaja de ningún modo con el tono del conjunto y parece introducido con calzador para conferir al juego una falsa complejidad.
Eso enlaza con el segundo aspecto negativo y es que, para colmo, el icono de aceleración se situará perennemente en la esquina inferior izquierda. Si a esto le sumamos otros tres iconos en la parte inferior derecha y una brújala en la parte superior, acabamos teniendo una interfaz innecesariamente cargada que afea los momentos de arrebatadora belleza que ofrece el juego. Sí, hay una opción en el menú para hacer desaparecer todos estos elementos, pero con ellos también se irán algunas informaciones necesarias para nuestra misión que aparecen periódicamente. Es decir, el problema está en no haber resuelto de un modo más elegante, a la vez que informativo, el reto de integrar las pocas instrucciones que se ofrecen en la pantalla. Un poco de inspiración en Journey no habría venido nada mal para esto.
Pero lo que Submerged hace bien es mucho más importante. Sabe, por ejemplo, permanecer en silencio. Al contrario que otras producciones independientes, quizás temerosas de que se trivialice su mensaje, Submerged es consecuente con su estructura y deja que el jugador complete en su mente los pedazos de historia que le faltan. No es que el juego renuncie a contar una historia, de hecho, tanto la misión principal como los objetos opcionales van desbloqueando a la vez el relato de la vida de Miku y su hermano y los que explican qué sucedió con esa ciudad y con todo el mundo en general. Pero, como si fueran muy conscientes de que lo verbal podría arruinar la experiencia, estas narraciones se basan en pictogramas de estilo arcaizante (en esto sí han sabido fijarse en Journey). Sin duda, una voz en off que hubiera detallado lo que siente en cada momento la protagonista habría acabado con parte de la magia de este título.
Submerged es un juego pequeño y humilde, pero es constante y se sabe inteligente y poético. Consecuentemente, el misterio que lo envuelve irá avanzando, conforme lo hagamos nosotros en las misiones, sin ningún tipo alarde. Así se llega a una conclusión acorde con el tono general, en la que los creadores vuelven a huir sabiamente de la grandilocuencia y nos recuerdan que en Submerged sólo importa el camino de Miku y su hermano, por mínimo que sea, en medio de este nuevo y extraño mundo.
Da gusto leeros un sábado por la mañana. Descargando para probar un largo día de Rodriguez.
La lucha contra los videojuegos ha comenzado:
A ver si cuando este baratillo cae.
Genial, ahora un análisis de Beyond Eyes, que igualmente es un «walking simulator», uno muy muy muuuy bonito por cierto.
Nos pillas con la inestabilidad veraniega, pero el de Beyond Eyes caerá tarde o temprano.