Últimamente no le doy a videojuegos que necesiten ocupar un buen espacio de mi vida. No tengo ganas de meterme en huertos con un mínimo de 10 horas de duración ya que más bien busco obras que me produzcan una satisfacción más inmediata. Esto va por rachas, lo sé, pero es en estos títulos más accesibles en los que ocupo por ahora mi tiempo dedicado al ocio interactivo. Mi última crítica es buena prueba de ello. Por eso The Everything Building casa muy bien en estas particulares características que le demando actualmente a los videojuegos: jugabilidad pura y dura.
The Everything Building es un videojuego en el que nos hacemos cargo del control del ascensor en un edificio bastante dispar y donde únicamente tendremos que llevar a los diferentes personajes de una planta a otra de las seis disponible. Algo que se va complicando a medida que más y más individuos van esperando su turno y la presión por llevarles va en aumento. Una idea pequeña que funciona muy bien ya que el transporte de personas se complica debido a que algunos pasajeros tienen características especiales que harán más jodida la tarea: músicos que no saldrán del espacio hasta que no encuentren a su pareja, una suerte de científico con un imán que invertirá los controles, caballos que ocupan el doble de espacio…
Hay un detalle que me gusta especialmente y es el hecho de que suelen aparecer parejas con trajes de boda en diferentes plantas y debemos unirles en el ascensor para que nos digan a donde van. Pero aunque juegue con este estereotipo tan manido, en la práctica dará igual que juntemos a la pareja tradicional o que hagamos otras combinaciones. Nos convertimos en el Jesús Puente de los ascensores.
The Everything Building es un videojuego digno de nuestra clásica sección de El Juego del Viernes. Algo bonito, pequeño y sencillo que proviene de la edición 34 de Ludum Dare. Esta disponible online para vuestro disfrute.
Vía: Rock Paper Shotgun.
¡Muy chulo! ¿Qué significa el martillo encima de algunos personajes?
Que adictivo es el jodio.