Cualquier deporte desde su nacimiento se encuentra en proceso de constante evolución, el problema es que algunos avanzan a paso de tortuga, negando cambios que se antojan necesarios para la progresión de los mismos. Si bien modalidades como el baloncesto aceptan desde hace unos años la revisión de jugadas mediante vídeos, a la vez que están en constante discusión sobre modificar aspectos como las dimensiones de la pista, otros no pueden decir lo mismo. Al fútbol, por ejemplo, le ha costado horrores aceptar el uso de adelantos tecnológicos, priorizando la polémica y dando pie a la proliferación de ronceritos en los medios de comunicación. Por su parte, un deporte como el béisbol, con buena salud en EEUU, el Caribe y Japón, se torna harto coñazo a ojos del espectador europeo. La solución a esto se encuentra en un juegazo de los 90: Super 2020 Baseball.
Lo de «juegazo» y «años 90» viene aparejado de un conjunto de siglas como SNK, lo cual aclara muchas cosas. La compañía nipona no sólo vivía de dar a luz a una sartenada ingente de beat ‘em ups como los King of Fighters, Samurai Shodown o Fatal Fury, sino que fue prolífica en géneros de distinta calaña, como el deportivo. Los Super Sidekicks o Street Hoop fueron buenos ejemplos, pero servidor siempre tuvo predilección por un título en especial. Uno de un deporte del que pasaba olímpicamente, pero es que resulta que el cartucho estaba bien aliñado.
Sirviéndose de la base de los Baseball Stars, Super Baseball 2020 imagina un béisbol del futuro donde el tedio de ver a una panda de tipos batear y correr por hacerse con las bases sin caer eliminados se transforma en algo divertido, y ni siquiera hace falta hacer el gilipollas comprándote una mano gigante. Cuando, poniendo ejemplos, hablaba arriba del cambio de reglas en deportes para que parezcan atractivos de cara al espectador, probablemente me quedaba corto. En 1991 y salvando las distancias, la imagen que proyectaba este juego se acerca más a Rocket League que a cualquier deporte de la época.
Porque, para qué vamos a engañarnos, si a un deporte pesado y lento de ver añadimos robots que explotan, minas antipersona y power-ups que transforman a nuestros jugadores en bateadores implacables por unos cuantos turnos, todos salimos ganando. Es maravillosamente poético ver cómo esa mina ha acabado por reventar a un contrario que iba a atrapar tu bola al vuelo y que iba a propiciar la eliminación de tu jugador; o mandar al noveno anfiteatro la bola con las mejoras al bateo que podemos dar a nuestro equipo, obteniendo así un home run de la leche.
Aparte, visualmente el juego es atractivo en todas sus versiones. SNK no sólo se limitó a llevarlo a los arcades, Neo Geo y Neo Geo CD, sino que, al igual que con algunas de sus otras series también fue portado a Mega Drive y Super Nintendo, donde luce de maravilla. En ellos mantiene la esencia del original a pesar de las evidentes diferencias técnicas. Os importe un pimiento el béisbol o no, Super Baseball 2020 sigue fresco como el primer día, así que no dudéis en probar cualquiera de sus versiones. Los robots en llamas lo merecen.
Pues no lo he jugado (vergüensa de misijos), pero ese aspecto me recuerda enormemente al Soccer Brawl, al cual amo, y que es de los poquitos juegos de fútbol al que he dedicado más de 2 ó 3 horas.
En fin, si lo recomendáis vosotros, habrá que probar este Super 2020 Baseball. ¡MAME, TE ELIJO A TI!
Y sí: en general, SNK + años 90 = juegaco. Sin duda. Me vais a permitir que mencione otro, que no es de SNK pero sí de Neo Geo: el Super Dodge Ball. Del tipo «juegos de deportes con variación irreal, loquísima y divertida», como el del artículo, el Soccer Brawl o el Windjammers.
Yo soy MUY de Windjammers, el mejor Pong de la historia con diferencia.
El pixel ilustre + SNK + 90 = señor texto.