Wanted: Dead es un anacronismo lúdico. Es como si un jugador de fútbol de los setenta, uno de esos señores de treinta años calvo, con bigote, barriguita y calcetas a media espinilla, fichase por el City de Guardiola. Ese futbolista aterrizaría en Manchester sin tener ni pajolera idea de fútbol moderno. No sabría cuántas sustituciones se pueden hacer, ni qué es el VAR, y es muy posible que ni siquiera se supiese la mitad de las reglas. Y con el título de Soleil y 110 Industries ocurre lo mismo. Es un videojuego que ha viajado en el tiempo, concretamente desde un periodo situado entre 2008 y 2012, para aterrizar en pleno 2023 con el mismo garbo que nuestro hipotético fichaje.
PlayStation 3 y Xbox 360 son dos consolas estupendas que, además de recibir numerosos videojuegos estupendos a lo largo de su vida comercial, también recibieron multitud de títulos que bueno, no estaban bien pero tampoco estaban mal. Galious y un servidor, en esta misma casa, nos encargamos de cubrir de manera más o menos exhaustiva esta estirpe. Y creo que lo hicimos con mucho gusto. Aunque en los días malos te podías encontrar un Mindjack y fastidiarte una estupenda tarde de otoño, en los días buenos te tocaba Binary Domain y de pronto ya tenías una nueva obsesión con la que darle la brasa a todo el que quisiese escuchar. Eran una moneda al aire. Y, precisamente por eso, por ser una moneda al aire, la séptima generación de consolas fue la última en recibir con los brazos abiertos este tipo de proyectos. Para cuando llegaron la PlayStation 4 y la Xbox One, ninguna compañía quería arriesgarse a que le saliese un Mindjack o, peor aún, un Naughty Bear.
Es por este motivo que la existencia Wanted: Dead resulta tan marciana. Si no fuese porque su apartado gráfico —que tampoco es que sea un portento— le delata, cualquiera podría pensar que el juego salió originalmente en 2011. Es un shooter de coberturas en tercera persona híbrido con sistema de combate cuerpo a cuerpo, diseño lineal de niveles, sistema de checkpoints ligeramente roto, minijuegos de ritmo, coleccionables, y un doblaje tan esperpéntico como divertido. Tiene todos los ingredientes que podías encontrar habitualmente en esos videojuegos cuyo metacritic oscila entre el 50 y el 70. Nada funciona particularmente mal, pero nada va del todo fino. El botón que se utiliza para recoger un arma del suelo es el mismo que el que usas para entrar en cobertura, por lo que, si hay una ametralladora tirada cerca de una pared, sencillamente no podrás cubrirte: tu personaje soltará su arma actual, recogerá el que había en el suelo, dejando un nuevo arma en el mismo sitio, e impidiendo así que puedas cubrirte por más que presiones el botón.
Con todo lo que he escrito hasta el momento hay quien podría pensar que Wanted: Dead es un juego mediocre. Nada más lejos de la realidad. Wanted: Dead es un juego de extremos. Lo bueno, es muy bueno; y lo malo, es rematadamente malo. Lo bueno es que a nivel jugable es una bocanada de aire fresco, que despedazar enemigos con la katana de Hannah Stone —su colosal protagonista— nunca deja de ser divertido y que, cuando menos te lo esperas, te pueden calzar unas secuencias de historia en formato anime. Y lo malo, bueno: lo malo es que la historia del juego es prácticamente inexistente, el diseño de personajes es terriblemente insípido, y en general queda un poso de haber desaprovechado algo que podía haber sido mucho mejor, más grande.
Hace tan solo unas horas que he visto los créditos y me resultaría absolutamente imposible poner por escrito la sinopsis del juego o explicar qué demonios pasa al final. Sin hipérboles. Total honestidad: no tengo ni idea de qué ocurre en las dos últimas cinemáticas de Wanted: Dead. Pero tampoco me hace falta saberlo. ¿Por qué? Porque con lo que me quedo, con lo que creo que nos quedamos todos los que caemos en el embrujo de este anacronismo jugable, es con la escena del ramen. Y con la escena del karaoke. Y con los flashbacks contados en formato de anime. ¿Que qué es la escena del ramen, te estás preguntando? Tras terminar la primera misión del juego, Hannah Stone está tomándose un ramen cuando, de pronto, uno de sus compañeros la reta a una competición de ver quién puede engullir más fideos. Así, tras aproximadamente una hora de apretar el gatillo y dar espadazos, comienza el primer minijuego de ritmo.
La pantalla de carga de Wanted: Dead es una reproducción de un meme muy famoso, que podéis ver por aquí. Cuando empecé a jugar y lo vi por primera vez, pensé que cada pantalla de carga me mostraría un meme distinto y que habría pues no sé, como media docena o así, entre los que irían rotando. No. Solo está ese meme. Todas las pantallas de carga del juego muestran ese meme en bucle. Una y otra vez. Y creo que esto resume a la perfección lo que es, en esencia, el juego de Soleil: un título divertido y limitado, probablemente por presupuesto, completamente fuera de lugar, y que pese a todo consigue ser divertido. Qué demonios. Decir que Wanted: Dead simplemente consigue ser divertido sería hacerle un favor muy flaco. Wanted: Dead es una máquina del tiempo capaz de transportarte a una época en la que Twitter seguía llamándose Twitter y los AA seguían siendo viables.
Gracias por la descubrición!
Sólo venía a decir que tenía este juego apuntado por ahí desde que escribisteis esto, y una tarde tonta me lo instalé y lo disfruté un montón. Ojalá más juegos así.
Y como Binary Domain o Alpha Protocol.
Ojalá más juegos sin pretensiones.