Análisis: The Walking Dead: A New Day

Escrito por en Análisis - 25 agosto, 2012

The Walking Dead
Plantear el acercamiento a este análisis, aunque no os lo creáis, me ha dado bastantes quebraderos de cabeza. The Walking Dead: A New Day es el primero de los cinco capítulos de los que se compone la aventura gráfica basada en el cómic del mismo nombre. Es decir, pese a tener un nudo y un desenlace propios, en el fondo no es más que que el planteamiento de una historia mucho mayor que la cuenta durante las poco más de dos horas que dura el episodio. Partiendo de esta base, resulta imposible valorar una gran parte del juego puesto que no sé (ni de momento sabe nadie) hasta que punto este planteamiento encaja o no con el resto de la aventura. Quizás dentro de unos meses, cuando la temporada esté completa y haya podido jugar al quinto episodio mi opinión sobre este primero cambie radicalmente, pero de momento, voy a intentar limitarme a plasmar las sensaciones que me ha provocado esta sangrienta —y gratificante— bienvenida al universo de The Walking Dead.

Como es posible que sepáis, pero supongo que no viene mal recordar, los cinco videojuegos de los que se compondrá la temporada de Telltale no están basados en la serie de televisión sino directamente en el cómic, utilizando una estética bastante similar a la de este e introduciendo alguna que otra referencia que pasará desapercibido para cualquiera que no los haya leído, pero aportará un pequeño incentivo para todo aquel seguidor de la obra de Robert Kirkman. Esto no quiere decir que sea totalmente necesario leerse los cómics para disfrutar el juego, y de hecho ninguno de los protagonistas aparece en ellos (al menos de momento), pero sí que aporta un trasfondo adicional y permite sonreír a la pantalla, señalar con el dedo y decir con orgullo aquello de «¡yo ya he leído sobre esto, he pillado el guiño!», que es algo que siempre hace ilusión.

En a A New Day se nos presentan en un par de escenas estupendas a los que serán los dos protagonistas tanto del capítulo como de la temporada. Lee Everet —al que podéis ver a la derecha en la imagen de cabecera— es un convicto por asesinato que en el momento en el que todo se va a la mierda está siendo transportado en coche a prisión, mientras que Clementine —a la izquierda— es una niña pequeña que ha perdido a sus padres. Esta extraña pareja es la protagonista indiscutible de la aventura, con el principal aliciente de que será el jugador el que en todo momento tendrá que tomar las decisiones (algunas de ellas cruciales) por Lee, forjando de esta forma su carácter. Este tipo de decisiones puede ir desde lo más banal, como pueda ser elegir si dar o no una chocolatina a Clementine; hasta algo tan importante como decidir si queremos o no matar a otra persona. Lo gracioso de todo esto, al margen de que las decisiones perduran y repercuten en la historia, es que al terminar el capítulo podremos ver un resumen de las decisiones importantes que tomamos durante nuestra aventura, comparadas con las que han tomado el resto de jugadores del mundo.

La mecánica de The Walking Dead: A New Day y en consecuencia de toda la temporada no dista demasiado de la de cualquier aventura gráfica convencional. La principal diferencia es que por exigencias de guión normalmente estaremos confinados en espacios bastante reducidos y cuando avancemos no habrá posibilidad de retroceder. En cualquier caso, al poco de empezar a jugar queda bastante claro que donde más énfasis hace el juego no es tanto en la resolución de puzles, que también están ahí; como en el sistema de conversaciones y las repercusiones que estas tienen sobre los personajes. Este sistema de diálogos parece beber directamente del de Alpha Protocol, ofreciendo normalmente cuatro posibles respuestas entre las que tendremos que elegir antes de que se agote el tiempo de reacción. A diferencia de lo que sucede en el juego de Obsidian, al ofrecer una u otra respuesta no tendremos un feedback directo que nos indique que nuestra relación con tal o cual personaje ha mejorado, pero sí que influirán en el resto de diálogos y, hasta donde sé, en el futuro de nuestra relación con los personajes.

Como es lógico en un juego de zombis, habrá momentos en los que será necesario acabar con unos cuantos muertos vivientes. Para ello normalmente bastará con tener el objeto indicado en el inventario y pulsar el botón indicado. En ocasiones tendremos que apuntar el cursor justo a la cabeza del enemigo antes de pulsar el botón, pero no es nada especialmente complejo. Es decir, que como ser posible es posible morir a manos de un zombi, pero por si sirve de algo a mí no me ha pasado en ninguno de los dos episodios que llevo jugados. Está bien apuntar para los más despistados, que los «caminantes» de The Walking Dead son excepcionalmente torpes, lentos y estúpidos; por lo que en realidad tampoco tendría mucho sentido que enfrentarse a uno de ellos en solitario supusiese un reto para un negrazo de metro ochenta.

Al mismo nivel de excelencia que los personajes, que por suerte se llevan todo el protagonismo durante esta obertura interactiva, está el apartado artístico del juego. No hay más que mirar un par de capturas o echarle un breve vistazo a un vídeo para notar que The Walking Dead no tiene los mejores gráficos de la generación, pero con una estética de cómic que recuerda muchísimo a la vista en Borderlands y un diseño de personajes sencillo y sensato, el juego consigue ser un auténtico caramelo para los ojos. El estupendo doblaje, encabezado por un señor que lleva poniendo voz a videojuegos desde 1992, también ayuda bastante a que los personajes no solo sean entrañables, sino que estén más vivos.

The Walking Dead: A New Day es un punto de partida excelente para la que espero sea una excelente temporada. Por si solo como es normal pierde bastante, pues la historia que cuenta, aunque más o menos autoconclusiva, tampoco resulta especialmente atractiva. Esto es debido a que como ya he dicho el objetivo de este primer capítulo es más presentar a los personajes y la ambientación que intentar contar algo. Aún así, no voy a terminar este análisis sin decir que hacía meses que no pasaba varias horas sentado delante de un videojuego y no lo soltaba hasta terminarlo, que es exactamente lo que me ha pasado con A New Day.

nota

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