Los Premios Ilustres del 2012

Bulletstorm

No me creo que nadie llegara a 2012 sin algún juego pendiente del año anterior. La misma cosecha que nos regaló Portal 2 ha dejado también otros títulos increíbles que, o han pasado por alto, o han acabado en la lista de pendientes de mucha gente. En mi caso, 2012 empezó con muchas decenas de horas en Skyrim, un buen rato con el brutísimo Space Marine y carcajadas mil con el demencial Bulletstorm. Mi premio ilustre va para este último. Es un premio que significa que si tienes Bulletstorm en tu lista de pendientes, lo tienes que poner lo más arriba que puedas. Este juego resume de forma espectacular uno de mis conceptos favoritos para los videojuegos de acción: ‘gustarse matando’. Bulletstorm es un juego de hostias disfrazado de pegatiros que estimula sin descanso la creatividad del jugador, le invita a buscar los métodos más retorcidos para asesinar enemigos y le premia por ello. Todo esto, ambientado en un resort vacacional okupado por piratas espaciales, acompañado de un arsenal de armas delirante y bañado con explosiones y muchas cosas rompiéndose. Y también hay un robot de un tiranosaurio.

Ex Aequo: Sleeping Dogs, Borderlands 2 y Far Cry 3

Tengo la impresión de que, mariconadas independientes aparte, este ha sido el año de la irreverencia en los videojuegos. Y me encanta. Títulos como Far Cry 3, Sleeping Dogs o Borderlands 2 —por poner los ejemplos más bestias— han sabido transportar al jugador a mundos maravillosos y coloridos donde la diversión no radica en correr por el desierto sintiendo muchas emociones o mover un pequeño triángulo de izquierda a derecha de la pantalla; sino en repartir machetazos en la cabeza, decapitar pandilleros a escopetazos, conducir a toda hostia por lugares en los que no deberíamos ni caminar deprisa, y cagarnos en la puta madre de cada cadáver que dejamos en el suelo. No estoy insinuando que Journey o Super Hexagon sean una mierda, válgame el cielo, pero sí estoy reivindicando el desenfreno y el exceso como acceso directo a la diversión en un año en el que parece que por ponernos las gafas de pasta, se nos ha olvidado la escopeta en casa. Porque tanto mérito tiene que The Walking Dead me hiciese llorar como una niña, como que Sleeping Dogs me hiciese gritar de emoción «¡puto Wei!» cada vez que le veía hacer una de las suyas.

Final Fantasy XIII-2

Estaba difícil pero no imposible. Tengo la responsabilidad, como padawan de Galious, del premio al mayor ñordo. No he tocado muchos títulos del difunto y apocalíptico 2012 pero he jugado a las dos mayores mierdas con lacito que nos ha podido ofrecer. El juego de los «zombis con metralleta» que todo el mundo odia me ha dejado satisfecho a gran escala comparado con Final Fantasy XIII-2: indiscutible C2C Ilustre. Recordamos que es una aventura de un niña de edad de merecer pero que parece lolita, acompañada de lo que parece otra niña pero con pene. Viajan por el tiempo para traer de vuelta a la hermana de la primera, que se ha quedado atrapada por ahí en una paradoja temporal que no le interesa a nadie. Combates de nula emoción, elección en las conversaciones que no influyen en el argumento y una historia mas confusa que Ash Ketchum en un macroprostíbulo. En definitiva, una mierda como una catedral que me ha restado años de vida… y puntos al Karma.

El resto de redactores siguen mirándose el ombligo y hablando de sus gustos personales en la siguiente página.

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