Si existiera algo parecido a una religión de los videojuegos, Fez sería uno de sus textos sagrados. Estoy lejos de querer llamar predicador, profeta o evangelista a Phil Fish, pero desde los primeros minutos de partida se detecta que Felipe Pez ha querido ir un poco más allá del homenaje a los 16 bits para coquetear con el metavideojuego. El resultado es, además de una virguería de diseño, una preciosidad visual y crema sonora, un sermón capaz de hacer que se le dispare la fe al más ateo de los aficionados al medio.
El juego arranca con el protagonista, Gómez, dando un paseo por su pueblo, una ciudad bellísima, vertical y en rigurosas dos dimensiones. Gomez escala hasta la cima de la ciudad, donde pega el sol, y allí, después de que un anciano le dedique unas palabras premonitorias, el personaje presencia una aparición mariana. Gómez es Pitita Ridruejo. El personaje viaja a un lugar desconocido donde cae del cielo un gorrito fez que se le posa en la cabeza. Pero este fez no es plano, sino cúbico. Desde el momento en el que tiene el sombrero colocado en el cráneo, Gómez descubre la tridimensionalidad. Se le revela que el mundo que conocía hasta ahora, es solo una parte de la realidad. En ese momento, la cámara empieza a dar vueltas y a destapar las aristas del escenario para consumar ese salto de lo plano a lo poliédrico. En ese momento, el juego se rompe, aparecen trozos de código por la pantalla, falla el sonido. Pantallazo de carga, logo de Polytron y menú de inicio.
Cuando pulsamos nueva partida, el juego parte de cero, pero con una diferencia: Gómez lleva puesto el fez y es capaz de ver en 3D. El personaje vuelve a caminar por su aldea, pero ahora ve cosas que antes no existían: puede girarla y ver sus otras caras. Ahí descubrimos también nuestra misión: el juego se ha vuelto inestable por culpa de las tres dimensiones, tiene agujeros, se va todo a la mierda. Debe recuperar 32 (o más) hexaedros para devolver todo a su orden.
Fish introduce cromosomas del videojuego como el cambio a las tres dimensiones, los bugs o resetear la máquina en el acontecimiento religioso que vive Gómez y gracias a eso conecta con el jugador de una forma que no se consigue consigue con un homenaje raso. Un buen guiño nostálgico puede arrancarle una sonrisa a muchos jugadores, pero lo que hace Fez va un poco más allá. Transforma algo que forma parte de la experiencia de cualquier jugador en un elemento del juego y de la narración. De algún modo, lo que le ha pasado a Gómez, también te ha pasado a ti mientras jugabas. Tú también has alucinado pepinillos con los gráficos de la Playstation y también has tenido que reiniciar la Game Boy porque el logo de Nintendo se veía mal.
Esto no significa que en Fez no existan los homenajes al retro, pero hasta a eso se le puede sacar miga bíblica. En Indie Game: The Movie, Fish recordaba que de niño su padre le regaló una NES con tres cartuchos: Super Mario Bros., The Legend of Zelda y Tetris; y se refería a ellos como «the perfect trifecta». Esta Santísima Trinidad de los videojuegos es uno de los cimientos del juego, a varios niveles. Mario y el plataformeo están presentes en el control de Gómez, por ejemplo, igual que la exploración y los mapas del tesoro son herencia del ‘zeldismo’. Cada vez que Gómez abre un cofre, la música, el movimiento de la cámara y la celebración que hace el personaje también le hacen una reverencia a las aventuras de Link.
Con Tetris, la cosa va un poco más lejos. En Fez, los tetrominos son algún tipo de lenguaje sagrado que se dibuja en las constelaciones y se graba en las piedras. Cada secuencia de piezas que nos encontramos en el juego se puede traducir al lenguaje de los botones para abrir puertas, desbloqueando lugares secretos y destapando hexaedros y otros objetos. Y el puzle ruso no es el único idioma propio que se inventa Fez. El juego tiene un alfabeto y una numeración propia que son esenciales para entender y descifrar muchos de los puzles que se esconden en cada habitación, cada pared y cada piedra. Solo con esto, Fez te arrastra a recuperar un santo sacramento que muy pocos juegos consiguen celebrar: tomar notas, hacer dibujos. El juego te obliga sutilmente a coger un trozo de papel y un lápiz y cuando te das cuenta de que has resuelto uno de los enigmas gracias a unos apuntes, la felicidad te golpea la cara con toda la mano abierta. A partir de ese momento, te atreves a anotarlo todo.
Si existiera algo parecido a una religión de los videojuegos, Fez sería uno de sus textos sagrados
La mecánica de girar los escenarios cúbicos y explorarlos por sus cuatro caras (sí, sé que los cubos tienen seis caras, pero ya me entendéis) es el pilar sobre el que Fez hace alguna de las acrobacias de diseño más acojonantes que me he cruzado últimamente. Los escenarios figuras en tres dimensiones que pueden girarse, pero cada cara funciona de forma independiente. Es difícil de explicar. Lo que quiero decir es que las plataformas de Fez están siempre en el mismo plano que Gómez, aunque cuando las giremos y las veamos desde otro ángulo aparezcan en el extremo contrario. Mirad el croquis que hay justo encima. En la imagen de la izquierda, es imposible saltar hasta donde está el pato, pero si giro para ver la siguiente cara del cubo, quedo justo al lado y llego con un salto y sin esforzarme mucho. El autor aprovecha este truco escheriano con tal inteligencia que me hace pensar que los cinco años que ha tardado en desarrollar Fez son pocos.
En esos cinco años, a Phil Fish le ha dado tiempo a joderse la vida de múltiples formas y a ganarse un rebaño de haters por su fascinante capacidad para soltar mierda por la boca sin tamices. Y se ha dejado trocitos de su alma sazonados por todo Fez. Concretamente, hay un pequeño nivel que parece el corazón de Fish arrancado de cuajo y colocado todavía latiendo en el pecho del juego. Esta pantalla pequeña, oscura, con unas pocas salas, con un noodle bar cerrado, con un cartel enorme que reza «hard work‘ en el alfabeto del juego y con una tormenta empapándola me estremeció. Me parecía que mientras la exploraba estaba mirando al detalle las penas y las miserias de este entrañable cenizo. Casi me incomodaba estar ahí.
De ese corazón de juguete roto ha salido una obra tan redonda que debería bastar cerrarle la boca a todos los críticos del desarrollador canadiense. Fez es un trabajo hecho con devoción hacia el videojuego (hacia los japoneses también) y con capacidad para despertar amor hacia el medio cuando los perros del nuevo Call of Duty atacan a nuestra fe. Yo no he encontrado los 64 hexaedros de Fez todavía, aunque no descarto hacerlo en el futuro. Así que supongo que, siguiendo con la lectura religiosa, soy de ver alguna procesión, de ir a misa de vez en cuando y de saberme las oraciones, pero sin confesarme ni cortarme con el vicio. Pero cuando presencio un milagro como este, me pregunto por qué no me habré metido a nazareno.
Pues no he jugado a Fez, pero por tu análisis me han entrado unas ganas tremebundas y no sólo eso, haces que Fish parezca un Jesucristo de los videojuegos que lo sacrificó todo en vida por este proyecto que es la hostia, el vino y la cruz todo junto, independientemente de si antes parecía más bien el anticristo.
Muchas veces nos cuesta separar la obra del creador y nos perdemos grandes cosas, así que cuando me anime le daré una oportunidad a la creación de bochancla Fish.
Yo le temo a los bugs de verdad más que a otra cosa. Casi todas las críticas de GOG van por ahí, no por lo borde que sea el colega.
¿No has tenido problemas? Porque ya le vale después de la que lió en XBOX…
Yo lo he jugado en Steam. Ni un bug.
Fez es un grandidisimo juego a pesar de Fish , el único problema que tiene es el cómo debes adivinar la correspondencia de su alfabeto con el nuestro. El método que propone Fish es el veneno, yo no habia visto eso en mi vida.
Sin contar los bugs de 360 … tuve que pasar de parchearlo para que por fin funcionase … .
Si no me lo he comprado aún es por la inmensa cantidad de juegos que tengo pendientes. Pero Fez era una compra para día uno.
Para mi es uno de mis grandes esperados, un juego único que te plantea un reto diferente al que estamos habituados en el mundo de los jueguicos.
Afilamazas lo borda. Feliz de haber leído el texto antes que muchos. <3.
¡BRA-VO! Tras esta lectura ahora sí que considero Fez una compra casi obligada (eso sí, cuando solucionen todos los problemas que está teniendo en Steam…).
Compra asegurada en las rebajas de verano de steam.
Supongo que por muy mal que me caiga el Fish tendré que acabar pillandolo, jugandolo y disfrutandolo. La mecánica de girar un escenario me recuerda a la de el Crush de PSP. Si podeis darle un vistazo, por juy mal que os caiga la PSP, lo recomiendo.
La diferencia es que en Crush se alternan 3D pudiendo hacer «aplanamientos» en cualqueir momento. El resultado es que te explota la cabeza
¿Podemos concluir entonces que la calidad de este juego es directamente proporcional a la imbecilidad de su creador?
Lo jugaré pero este señor no verá ni un €, vamos eso lo tengo clarísimo.
Lo jugue cuando salio en Xbox Live y es uno de estos juegos que te deja el culo partido, sobre todo cuando descubres su lenguaje secreto.
Creo que es prácticamente imposible que descubras todos los cubos por tus medios…
Solo diré que para conseguir un cubo has de saber binario, hexadecimal y caer en la cuenta cuando debes usarlos.
Eso si, el juego pide a gritos que tomes apuntes, e incluso que hagas fotos con el móvil para generarte una base de datos para poder analizar detalles después y quizás desentrañar alguno de los misterios que propone.
El juego en Steam tenía algún bug jodido cuando se estrenó el juego, apareció un parche al cabo de dos días y… como la seda.
Recomendado 100%.
Un juego gafa pasta por los cuatro costados. Ahí lo tengo para dedicarle tiempo pero me recuerda demasiado al Cave history. Ya veré si me da por meterle caña.
Gran aporte del Mourinho gafoso de los videojuegos
El juego es original y preciosérrimo, pero me gustaría poder decir que ofrece una jugabilidad divertida, y no sólo la posibilidad de explorar y contemplar los escenarios, sin demasiados desafíos. Es algo así como un Skyrim indie. enorme pero a la vez vacío.
Toda la razon Afilamazas, este grandioso juego es todo un requiem hacia los tres grandes clasicos de los videojuegos.
Ademas, que no esta mal decirlo, aunque no contenga ningun tipo de jefe o enemigo al que tengas que vencer, realmente a quien tienes que vencer o superar son los enigmas que hay para conseguir ciertos cubos que te dan una hostia que te quedas alucinado. Estos enigmas estan basados, segun dijo Phil en Indie Game: The Movie, en las antiguas leyendas urbanas tipo «vas a la esquina de una habitacion pulsas cierta combinacion de botones y te aparece tal pollada» y personalmente estos guiños a la infancia de muchos es lo que realmente hace grande a este juego.
PD: me lo pase a los pocos dias de salir en steam (vamos con la version mas cargada de bugs) y ni un solo fallo, salvo el «pantallazo azul». ;)
¿Alguien me explica que es un juego gafapastoso? Por favor, me mata la curiosidad, o resulta ahora que todo lo desarrollado alrededor de una idea genuina, y de una forma única es gafapastoso, si es así, perdóname, pero no estoy para nada de acuerdo.
Al igual que Kirkis, sé que lo compraré y jugaré tarde o temprano.
Genial el texto, Afilamazas.
A mi me encaaaaaaaaaaanta c:
Simplemente genial, probé la demo en 360 cuando salió y lo compré antes de acabarla. Lo mejor, cuando ya te has viciado tanto que ya no recorres a los apuntes para leer las piedras.